Presentada en primicia nacional en Montpellier en el marco de la última edición de Cinemed, “Marmaille” de Grégory es la primera producción 100% reunionista rodada en criollo que se estrena en Francia continental. ¡Un éxito!
La primera producción 100% reunionista rodada en criollo que se estrena en Francia continental. Sólo por este hecho, nada anecdótico, Marmaille resulta inmediatamente notable. Pero si es formidable de manera duradera es por lo que nos dice en, de y a través de su criollidad.
Seguimos a Thomas, un adolescente de 15 años al que sólo le encanta una cosa: bailar hip-hop. Sueña con ganar el concurso de breakdance de la Reunión que le abrirá las puertas a la Batalla del año en Francia continental. Pero su inestable madre, que ha encontrado un nuevo novio, lo echa brutalmente, a él y a su hermana mayor Audrey, que debe criar sola a su bebé, dada la inconsistencia de su padre.
Para evitar terminar en la calle o ser separados por los servicios sociales, Thomas y Audrey no tienen otra opción que ser ubicados con su padre… a quien nunca han visto. Él, que vive modestamente con su mujer y sus dos hijos, acepta acogerlos a pesar de su precaria situación económica, pero esta precipitada recomposición familiar no estará exenta de dificultades. Thomas, en particular, está lleno de una ira que amenazaría en cualquier momento con abrumarlo y ahogarlo en la desesperación, si no fuera por la posibilidad de bailar.
Así como la isla de Reunión habría alentado a otros a entregarse a clichés exóticos, una pintura así podría requerir una reconfortante historia iniciática llena de banalidades resistentes. Pero en su primer largometraje, Grégory Lucilly muestra tanta inteligencia en sus escritos como visión en su dirección.
Rechazando la facilidad del maniqueísmo, se esfuerza por dar vida y hacer justicia a sus personajes, humanos en toda su complejidad, con sus contradicciones que los desgarran, sus afectos que los elevan. Nos apegamos profundamente a ellos y, a través de ellos, con ellos, tomamos conciencia, sin optimismo ni miserabilismo, de la complicada realidad social de la Reunión. Lo que nunca impedirá que nadie sueñe o baile. ¡Qué gran película!
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