Había pensado que nunca haría una película sobre la Shoá. Michel Hazanavicius cambió de opinión después de leer El más valioso de los bienes de Jean-Claude Grumberg, publicado por Editions du Seuil. “El poder emocional extremadamente raro de esta historia ofrecía todos los elementos para hacer una película. Nos permitió revelar lo mejor del ser humano y al mismo tiempo evocar lo peor que hizo”, confiesa.
Un par de leñadores rusos acogen a un bebé arrojado de un “convoy de la muerte” por su padre deportado. Este largometraje de animación descubierto en Cannes, donde ganó el premio Cine Positivo, y luego en Annecy, puede atraer a toda la familia. Jean-Louis Trintignant, en su última actuación, Dominique Blanc, Grégory Gadebois y Denis Podalydès aportan sus talentos vocales a esta gran película. Alexandre Desplats añade fuerza a la historia con una de sus mejores partituras.
Una multiplicación de talentos
Estos talentos se ponen al servicio de una historia de una simplicidad abrumadora. El director rinde homenaje a los Justos que salvaron a los judíos de la deportación. Su delicado enfoque confirma que, como insiste habitualmente Guillermo Del Toro, la animación es cine en sí misma. “Hice una película. Punto, insiste Michel Hazanavicius. Y resulta que es animación. Como en cualquier película, arreglé elementos visuales y sonoros para provocar emociones. »
La fuerza que emerge de esta historia es intensa pero tenue para no traumatizar al público joven. Diálogos deliberadamente literarios y silencios ricos en significado lo hacen entender sin detallar el horror del que escapa la pequeña heroína. “Tocar lo indecible a través del dibujo fue una propuesta que nos permitió abordar con dignidad su representación apegándonos a la imaginación de un cuento”, especifica el director.
Estética notable
En el diseño de la película participó Michel Hazanavicius, un talentoso diseñador en su tiempo libre. Ayudó a caracterizar a los personajes y también contribuyó al desarrollo de algunos escenarios. “Tengo una relación muy íntima con el dibujo y nunca pensé que algún día haría un negocio con ello. Sin embargo, me gustaría señalar que los gráficos de la película fueron objeto de un trabajo colectivo”, comenta modestamente. Destaca especialmente la contribución del director de animación Julien Grande, en quien pudo confiar para dar vida al libro.
El director se inspiró en diversas fuentes para dar a su película una estética original de belleza deslumbrante. Pensaba en las primeras películas de los estudios de Disney como Blancanieves y los siete enanitos pero también a la pintura del siglo XIX y a las pinturas de Henri Rivière (1864-1951). Las escenas en el desierto contrastan con la intimidad de los héroes cuyos sentimientos compartimos. La primera incursión de Michel Hazanavicius en el campo de la animación hace El más valioso de los bienes un gran éxito tanto por su mensaje humanista como por su belleza visual.
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