La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, dijo el sábado que con el asesinato del secretario general de Hezbollah, Hassan Nasrallah, “se ha logrado justicia” para las víctimas del grupo respaldado por Teherán.
Harris añadió en un comunicado que “Hassan Nasrallah era un terrorista con sangre estadounidense en sus manos”, y enfatizó que “su liderazgo de Hezbollah durante décadas para desestabilizar el Medio Oriente y matar a innumerables personas inocentes en el Líbano, Israel, Siria y en todo el mundo .”
Harris afirmó su “firme compromiso” con la seguridad de Israel, diciendo que siempre apoyará el derecho de Israel a defenderse contra Irán y los grupos terroristas leales a él, como Hezbolá, Hamás y los hutíes.
Harris continuó: “El presidente Biden y yo no queremos que el conflicto en Medio Oriente se convierta en una guerra regional más amplia”.
Señaló que la diplomacia sigue siendo “el mejor camino a seguir para proteger a los civiles y lograr una estabilidad duradera en la región”.
El sábado, el presidente estadounidense Joe Biden dijo que el asesinato de Nasrallah en una incursión israelí en el suburbio sur de Beirut es “una medida que logra justicia para sus numerosas víctimas, incluidos miles de civiles estadounidenses, israelíes y libaneses”.
Señaló que ordenó al Ministro de Defensa “que continúe fortaleciendo la postura defensiva de las fuerzas militares estadounidenses en la región de Medio Oriente para disuadir la agresión y reducir el riesgo del estallido de una guerra regional más amplia”.
La declaración de Biden se produjo cuando el Departamento de Estado de EE.UU. ordenó la salida de las familias de los diplomáticos estadounidenses en el Líbano, al tiempo que permitió la salida de algunos empleados “debido a la turbulenta e impredecible situación de seguridad en Beirut”.
El Departamento de Estado también “instó” a los ciudadanos estadounidenses a abandonar el Líbano mientras haya opciones comerciales disponibles.
Oficiales militares en Israel anunciaron el sábado por la mañana que Nasrallah, quien dirigió el partido durante más de tres décadas, murió en un bombardeo israelí que tuvo como objetivo la sede del partido en el suburbio sur de Beirut el viernes por la noche.