Hay mucha curiosidad por saber cuál será la reacción de la Curva Sud y, en general, del público de San Siro esta noche antes, durante y después del Milán – Cagliari.
El último partido de los rossoneri en San Siro fue el 29 de diciembre contra la Roma, una velada marcada por la destitución de Paulo Fonseca y las protestas generales.
La afición organizada distribuye su ‘fanzine’ de cara al partido de esta noche, con diversas reflexiones: sobre el equipo, sobre el Conceição, sobre el club y sobre la afición.
Parte I: La Supercopa de Italia
“Gracias chicos…”
El nuevo año, que apenas ha comenzado, y sobre todo la Epifanía, trajo al gabinete del Milán el trofeo número 50 de la historia de los rossoneri, la Supercopa de Italia.
Esta victoria llegó tras eliminar al ‘gobbi’ (apodo burlón de la Juventus) en semifinales y derrotar al Inter en la final.
Antes de comentar cómo se consiguieron estas dos victorias en Arabia Saudí, queremos destacar la importancia de ganar una copa.
Si bien no tiene el mismo prestigio que la Liga de Campeones, levantarla frente al equipo más fuerte y publicitado del universo le da un valor completamente diferente.
Primero, porque es un derbi, aunque se juegue lejos de Milán, y segundo, por la forma en la que ganamos. El equipo reaccionó logrando una victoria que nos emocionó, anulando tanto el partido como los pronósticos que nos habían descartado. En cambio, con determinación, corazón, ira, orgullo, coraje y voluntad de actuar como equipo, los rossoneri ganaron un partido que parecía perdido.
Los rossoneri triunfaron aprovechando las cualidades incrustadas en su ADN, que con demasiada frecuencia habían permanecido latentes en esta errática temporada.
Fue necesario un partido como este para reavivar el espíritu que durante mucho tiempo había estado dominado entre los iniciados. Nada podría ser mejor ni más bonito que que esto sucediera en un derbi donde también estaba en juego un trofeo.
Hacía falta un partido que fuera más allá del resultado y de la victoria final porque esta victoria podía convertirse en una de esas sobre las que construir algo significativo. ¿Podría esta victoria encender la temporada? Veremos en los próximos meses si sucede algo extraordinario o si la remontada de la Supercopa se queda en una velada magnífica. Por lo demás, todo según la tradición milanesa, al más puro estilo interista “llorón”.
Parte II: El nuevo entrenador
“Bienvenido, señor…”
Es evidente que nuestras protestas contra el club de Milán y su propiedad, con ecos inevitables incluso en Estados Unidos, desencadenaron o al menos aceleraron la decisión de despedir a Fonseca. Con la llegada del nuevo entrenador, la actitud del equipo en el campo ha cambiado en ambos partidos, cumpliendo con lo que exigíamos desde hacía tiempo y permitiéndonos ganar la Supercopa ante la “merde” (en referencia al Inter). Como ultras y aficionados rossoneri, esto no puede más que alegrarnos.
En cuanto al cambio de entrenador, desgraciadamente hemos sido testigos de algo surrealista y sin precedentes en los 125 años de historia del Milán. Nos quedamos asombrados y avergonzados por un entrenador que anunciaba su despido en rueda de prensa, sin que el club emitiera un comunicado oficial ni ningún representante comunicara tan importante decisión a los medios. Este manejo absurdo del despido de Fonseca –legítimo en sustancia pero atroz en método– fue verdaderamente un error garrafal de aficionado.
Sin embargo, fue gratificante que alguien en Milán se sintiera obligado (aunque tardíamente) a disculparse públicamente con los aficionados rossoneri, algo bastante raro. Por eso damos la bienvenida al señor Conceição y le deseamos que continúe el excelente trabajo que inició en la Supercopa. La dirección debe apoyarlo y sostenerlo constantemente, asegurándose de que no quede aislado, como fue el caso de Fonseca a partir de agosto.
Parte III: La base de fans del AC Milan
“Nuestro apoyo…”
En cuanto a los aficionados, continúa el acoso a la Curva y a las peñas. Como si las absurdas prohibiciones impuestas por los fiscales/clubes/autoridades/quién-sabe-quién no fueran suficientes, hace apenas unas horas se supo que los miembros de la Asociación Italiana de Clubes de Milán, y en consecuencia todos los clubes afiliados a ella, han sido degradados a fanáticos de segunda clase. Su fase de prioridad en la compra de entradas es distinta y aplazada respecto a la de otros abonados, como si fueran unos marginados. Esta decisión, tomada sin justificación lógica, penaliza a una afición que organiza decenas de autobuses para cada partido y sigue al equipo a todas partes.
De ahora en adelante, cada decisión que tomemos tendrá como objetivo proteger y salvaguardar una comunidad que existe desde hace casi 60 años. Perseveraremos hasta que veamos un cambio significativo y explícito en el trato a la afición rossoneri, especialmente a la afición organizada.
Estamos siendo testigos de la americanización del club de fútbol más glorioso de Italia. Los seguidores leales del Milán están siendo tratados como meros clientes o turistas a los que explotar. Durante años, hemos soportado decisiones comerciales tomadas por personas incompetentes (por ejemplo, el Mini Pack de la Liga de Campeones), a menudo copiadas de los payasos del otro lado del Naviglio (Inter), cada vez más tomadas como un ejemplo a imitar. Quizás esto se deba a que hay demasiada gente en la oficina de Milán que no conoce ni una décima parte de la historia del club o de la propia ciudad.
Nunca hemos buscado favores de nadie, ni los buscamos ahora. Simplemente queremos seguir siendo lo que siempre hemos sido, para bien o para mal… ¡NOSOTROS!”
Esto fue transmitido a través de MilanPress.it.