El 2025 comenzó para el Real Valladolid de la misma manera en que terminó el 2024, concediendo tres goles y mostrando la peor actuación posible de un equipo que se supone debe estar en la élite del fútbol español. Bajo la dirección de Diego Cocca, los pucelanos exhibieron alarmantes signos de inferioridad y apatía en ambos partidos. Ya fuera ante el equipo europeo Girona o ante el humilde Ourense, cada rival logra marcar contra este Pucela, y cada uno se lleva los tres puntos. El entrenador argentino, que trabaja incansablemente a la espera de refuerzos para salvar al equipo blanquivioleta, debe luchar contra esta abrumadora sensación, aunque bien podría pedir una intervención divina. Los aficionados viven todo esto con una mezcla de perplejidad y descontento, y lo demostrarán esta tarde a las 16:15 en el duelo contra el Betis, que también necesita urgentemente los tres puntos para mantener vivas sus esperanzas europeas (sigue el partido en directo por As.com).
La sensación de inestabilidad y abandono que rodea al club no ayuda en nada. Con Ronaldo Nazário, el principal accionista y presidente, buscando vender y alejarse del club, y con una situación económica extrañamente delicada, el Real Valladolid está a un paso de vender a su mejor jugador, Raúl Moro, en este mercado invernal al Ajax. Esta posible transacción, junto con los problemas de rodilla del extremo, complica la expectativa de que pudiera jugar en el crucial encuentro contra el Betis – un choque vital para aquellos que aún sueñan con la salvación. Terminar la primera mitad de la temporada con 12 puntos no es lo mismo que acabar con 15. Ambas cifras son bajas, pero podrían delinear los caminos de la esperanza y la desesperación.
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Diego Cocca no revela mucho sobre sus planes para el equipo, salvo su objetivo de lograr un “equilibrio” que proporcione una identidad. En términos más simples, busca que el equipo defienda de manera cohesiva (actualmente son el equipo que más goles concede en la liga) y ataque de igual manera (los pucelanos son el segundo equipo menos goleador) sin fragmentarse. Será interesante ver cómo navega el argentino la situación con los jugadores tocados, aquellos que buscan salir y los que el club desea desprenderse. El primer punto de incertidumbre radica en la portería, ya que Hein regresó a jugar en la copa solo para lesionarse de nuevo. Su participación en el torneo de eliminación directa podría abrir la puerta para que André Ferreira entre en el once inicial. También hay dudas respecto a la presencia de Juric, por lesión, y Moro, que está luchando y a punto de salir. Esto deja al entrenador con pocas opciones en la banda, donde, al menos por ahora, Machis y Kenedy no están disponibles. Regresan para reforzar el centro de la defensa Juma y Javi Sánchez. Con la potencial salida de Moro, el sierraleonés se convertirá en el pilar principal, la mayor esperanza para los pucelanos.
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Por otro lado, el Betis está ansioso por aferrarse a la zona europea y debe seguir luchando contra sus rivales en esta despedida a la primera mitad de la temporada. Se dirigen a un partido fuera de casa, donde solo han ganado dos de sus nueve encuentros, aunque llegan con mejores sensaciones después de las victorias ante el Villarreal en la liga y Huesca en la copa, ambas lejos de Villamarín.
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Pellegrini alineará su mejor once, con Isco y Lo Celso a la cabeza, sin pasar por alto su próximo choque contra el Barcelona en la Copa del Rey la próxima semana. El regreso de Bartra refuerza la defensa mientras el club espera que Vitor Roque afile su puntería, una carencia significativa para el conjunto verdiblanco. Todo esto ocurre mientras Rui Silva, el portero titular del Betis, se dirige a Lisboa para firmar con el Sporting.
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