Jim Cragg, comandante del Puesto 283 de la Legión Estadounidense en Pacific Palisades, ha visto cosas desagradables en todo el mundo durante 30 años en operaciones especiales del Ejército.
Pero dijo que la devastación que quedó en su vecindario es sorprendente y será difícil de comprender.
“He visto lo que el mundo tiene para ofrecer en el peor de los casos”, dijo Cragg ayer a NBC Los Ángeles. “Pero mis vecinos no están preparados para esto”.
“Mi familia no está preparada para esto, mi hija de 10 años me pregunta: ‘¿A dónde voy a ir a la escuela, papá?’”, dijo Cragg. “Al principio pensó: ‘Oh, genial, la escuela ha cerrado’; no tiene idea. No hay nada. Todos los lugares donde ella creció aquí han desaparecido”.
La escuela de su hija, otras escuelas y otras casas están destruidas.
La casa de Cragg se salvó: hace unos años, después de otro incendio cercano, compró aspersores que se mueven de un lado a otro, y esta vez los colocó en el techo, roció su casa con retardante de fuego y se fue.
Ayer regresó y encontró intactas su casa y las casas de los vecinos debajo de él. La calle encima de él y colina arriba fue menos afortunada, dijo.
“Estaba despierto y es devastador”, dijo Cragg. “Todos mis vecinos de arriba, sus casas han desaparecido”.
Él y otro hombre, un infante de marina, regresaron al área y usaron baldes para recoger agua de la piscina y arrojarlas en el techo de su casa y de las de sus vecinos.
“Nuestra casa, estoy encantado de que nuestra casa esté en pie, tenemos algo a lo que volver”, dijo Cragg. “Pero este es un vecindario devastado”.
También sobrevivió el American Legion Post 283, que cuenta con alrededor de 700 miembros. Cragg dijo que quiere usar el espacio para ayudar a los socorristas y también a los miembros de la comunidad a reconstruir su vecindario y sus vidas.
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