Todos los jubilados franceses se benefician de una reducción del 10% en su declaración del impuesto sobre la renta. Del mismo modo que los empleados se benefician de esta reducción en su declaración de la renta, destinada a cubrir gastos profesionales. Pero eso bien podría cambiar en el corto plazo. De hecho, si bien el nuevo presupuesto deberá debatirse pronto, varias voces se alzan para cuestionar esta ventaja fiscal que beneficia a los contribuyentes que no trabajan.
Esta reducción para los jubilados existe desde 1978 y tiene un límite, en cualquier caso, de 4.321 euros al año. Mientras Francia sufre un déficit sin precedentes, las autoridades públicas intentan traer dinero a las arcas. Y bien podría ser que este dispositivo simplemente sea eliminado. El debate ya había surgido este otoño, pero el gobierno había optado por una subindexación parcial de las pensiones de jubilación. Y como esta medida fue cancelada debido a la caída del gobierno de Barnier (de hecho, todas las pensiones básicas se reindexaron un 2,2%, en línea con la inflación), la posible eliminación de esta ventaja está regresando.
¿Quién quiere impugnar esta reducción de impuestos?
El presidente del Consejo de Orientación para la Jubilación, Gilbert Cet, volvió a poner sobre la mesa esta propuesta por primera vez el 6 de enero en Los Ecos: “Personalmente, había mencionado la posibilidad de eliminar la reducción del 10% del impuesto sobre las pensiones” y añadió que “el déficit del sistema de pensiones debería aumentar”. Adoptar esta medida “sería una medida fuerte, con un rendimiento anual de alrededor de 4.000 millones de euros, y justa ya que las pensiones más modestas no se verían afectadas”, añadió.
Una supresión que vendría bien al negocio de Medef. Su presidente, Patrick Martin, consideró “aberrante” y “antinatural que un jubilado se beneficie de una exención fiscal para gastos profesionales” en BFM TV. Este otoño, el Consejo de las Deducciones Obligatorias (CPO), organismo del Tribunal de Cuentas, consideró injustificados “determinados tratamientos fiscales preferenciales”, destacando esta reducción del 10%.
En concreto, el 9 de enero de 2025, “contrariamente al retraso previsto en la revalorización de las pensiones, la eliminación de la reducción fiscal del 10% no afectaría a los jubilados más modestos, que en general tienen menos probabilidades de estar sujetos a impuestos”, explica Pierre Madec, economista. del Observatorio Francés de las Condiciones Económicas (OFCE) en un artículo. Según sus cálculos, esto podría tener un fuerte impacto para el 20% de los jubilados con mayores ingresos, del orden de 700 a 800 euros en impuestos adicionales a pagar.
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