Este jueves 9 de enero transmisión M6 ¿Qué vamos a hacer contigo?un documental dedicado a Cyril Lignac. El chef de 47 años envió tiernas palabras sobre su compañera Déborah y su hijo Léo.
Cyril Lignac es una cara familiar para los espectadores de M6 desde hace veinte años. En 2005, el público lo descubrió en ¡Sí jefe!un espectáculo durante el cual seguimos la creación y apertura de nuestro primer restaurante con jóvenes en dificultades. Desde entonces se ha convertido en un empresario con ocho bares-restaurante y siete pastelerías, y en una figura mediática. Pero el chef no nació con una cuchara de plata en la boca, como demuestra ¿Qué vamos a hacer contigo? documental emitido este jueves en la M6 tras la final de la Mejor pastelero. Un retrato íntimo y auténtico, que seguramente sorprenderá a sus fans.
“yo era bueno para nada“: Cyril Lignac habla de su infancia en un documental dedicado a él en M6
Durante dos horas, los numerosos testimonios de sus allegados arrojan luz sobre un lado poco conocido de Cyril Lignac, alejado de su imagen pública.un poco mundano“, como subraya François-Régis Gaudry. El crítico gastronómico no duda en señalar que “Lo vi en la portada de los periódicos en brazos de diferentes chicas.“. Volviendo a los pasos de su infancia en Aveyron, el cocinero volvió a sus dificultades para encontrar su camino. “Yo no servía para nada, un chaval de 18 años que no sabía lo que quería hacer.“, recuerda aquel cuyos padres estaban muy preocupados y preguntándose… qué iban a hacer con él. “De niño siempre fue un poco frágil. Sufría en comparación con otros más atléticos, más intelectuales. lo menospreció“, testificó muy elocuentemente en pantalla Jean-Michel, su padre. El detonante llegó para el adolescente durante sus estudios en el liceo del hotel: “Me dije a mí mismo que si cocinaba bien, le agradaría a la gente.“.
“Es imposible vivir mejor que esto.“: las raras palabras de Cyril Lignac para su esposa Déborah y su hijo Léo
A principios de los años 2000, Cyril Lignac viajó a París en el Renault 21 de sus padres. Se instaló en una habitación de empleada y empezó a trabajar para grandes nombres de la cocina, como Pierre Hermé y Alain Ducasse. Tras un exitoso casting, el chef disfrutó del éxito en la pantalla chica. Fuertemente criticado por sus compañeros, que luego veían la televisión con malos ojos, ascendió de rango y obtuvo una estrella en la Guía Michelin. Centrada en su carrera, la película deja poco espacio a la vida personal de Cyril Lignac. Apenas lo vemos besando a su pareja Déborah y vemos a su hijo Léo, de 2 años. “Hago el trabajo que amo, tengo buena salud, tengo grandes equipos, vivo de mi pasión, doy felicidad a la gente, la gente me la devuelve. ¿Qué quieres mejor? Es imposible vivir mejor que esto.. Tengo una familia, un hijo maravilloso, una esposa excepcional, soy un hombre feliz y realizado“, desliza. Entre la vida privada y la pública, el chef ha optado por no revelar todo lo que se esconde detrás de su delantal.
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