Las conversaciones para una nueva tregua entre Israel y Hamas están avanzando, a pesar de diferencias persistentes en varios puntos clave. Según el canal egipcio Al-Rad, Hamás aceptó liberar en una primera fase a 34 rehenes solicitados por Israel, 11 de los cuales no cumplían los criterios establecidos inicialmente, a cambio de una “compensación especial”. Un alto funcionario palestino involucrado en las negociaciones dijo a la BBC que “el 90%” de las discusiones se habían completado, precisando que “por cada mujer soldado liberada, exigiremos 20 prisioneras palestinas”. La lista de reclusos elegibles para ser liberados incluye alrededor de 400 personas que cumplen condenas de 25 años o más.
El primer ministro Benjamín Netanyahu, sin embargo, reafirmó en el Wall Street Journal que no aceptaría un acuerdo que ponga fin a la guerra: “No pararemos hasta eliminar a Hamás”, provocando la ira de las familias de los rehenes. Einav Zangauker reaccionó en particular acusando a Netanyahu de “querer enterrar a Matan”.
Las negociaciones todavía tropiezan en varios puntos, en particular la presencia militar israelí a lo largo del corredor de Filadelfia en la frontera entre Egipto y Gaza. También se debate el regreso de los desplazados al norte de Gaza, cuya posible solución pasa por un mecanismo de supervisión egipcio-qatarí.
En cuanto a los prisioneros palestinos, Israel vetó la liberación de Marwan Barghouti, un miembro de Fatah que cumple cinco cadenas perpetuas. “Contrariamente a informes erróneos, el terrorista Marwan Barghouti no será liberado si se concreta un acuerdo de rehenes”, dijo una fuente diplomática israelí.
El acuerdo previsto prevé una tregua de siete semanas y la entrada diaria de 500 camiones de ayuda humanitaria en la Franja de Gaza. La primera fase se centraría en la liberación de mujeres y civiles, antes de abordar posteriormente la cuestión de los soldados y hombres detenidos.