DESCRIPCIÓN – Si bien la recuperación de las cuentas públicas ya figuraba entre las principales preocupaciones del gobierno de Barnier, las nubes se ciernen sobre el nuevo Ministro de Economía. El tiempo se acaba y el nuevo proyecto de presupuesto debe presentarse rápidamente.
Si el restablecimiento de las cuentas públicas ya era necesario para el gobierno de Michel Barnier tras su nombramiento, Medef se mostró optimista a principios de octubre y estimó que el negociador del Brexit había “entendí la urgencia”. Pero después de tres meses de negociaciones políticas en torno a un presupuesto abortado, censura y el nombramiento de un nuevo primer ministro, el expediente presupuestario aún está esperando ser procesado.
El día después del anuncio del nuevo gobierno de Bayrou, la emergencia es aún más apremiante que nunca. Sin embargo, el ex primer ministro había advertido a su sucesor cuando dejó Matignon: “Haríamos mal en olvidarnos del déficit y de la deuda (…) si no, de repente nos lo recordarán a todos”.
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El lunes 23 de diciembre por la tarde, el nuevo jefe de Bercy, ex director general de la Caisse des Dépôts et Consignations (CDC), aseguró, como su predecesor, que abordaría este tema de frente. En esta ocasión, Éric Lombard pidió “tratar nuestra enfermedad endémica, el déficit”que se espera que alcance un máximo superior al 6% este año. Para responder a esto, el nuevo inquilino de Bercy contará con la ayuda de Amélie de Montchalin, a quien Laurent Saint-Martin pasa el relevo para incorporarse a su cargo de Ministro Delegado encargado del Comercio Exterior y de los franceses en el extranjero. Al mismo tiempo, las Cuentas Públicas volvieron a estar bajo los auspicios de Bercy, después de un paso por Matignon durante la época de Michel Barnier.
La urgencia es tal que el Primer Ministro, aunque amenazado con la censura pocas horas después del anuncio del Gobierno, no descarta recurrir al artículo 49.3 de la Constitución para aprobar el próximo proyecto de presupuesto que debería ser revelado en las próximas semanas. . Aunque todavía no ha dado detalles sobre el contenido del texto, François Bayrou todavía espera que se vote a mediados de febrero.
Acumulación de señales negativas.
Sería insuficiente decir que el tiempo se acaba, ya que las señales de alarma se han multiplicado en los últimos meses. Desde que Bruno Le Maire se marchó el pasado mes de septiembre, el deslizamiento presupuestario y la explosión de la deuda francesa estuvieron en boca de todos. Desde entonces, la disolución, la censura del gobierno de Michel Barnier y la incertidumbre política han sacudido la confianza de los actores económicos. Las encuestas del Instituto Nacional de Estadística (Insee) resaltan así las preocupaciones de los hogares y de los empresarios, que están debilitando el consumo, la inversión y la contratación.
¿Qué lleva a una “paisaje sombrío”según los estadísticos nacionales. El crecimiento, también según sus cálculos, se estancará en el 0,2% en cada uno de los dos primeros trimestres, de ahí la virtual imposibilidad de alcanzar el 1,1% en 2025 como se anticipa en el PLF. El Observatorio francés de las condiciones económicas (OFCE) ha calculado, por su parte, que, si la ley especial se prolongara durante todo 2025, el déficit público aumentaría aún más el año próximo, alcanzando entre el 6,1 y el 6,4% del PIB.
También en el extranjero la presión está aumentando. Bruselas vigila de cerca las finanzas de Francia y espera “esfuerzos presupuestarios” de París. Por su parte, Moody’s no dio tiempo a François Bayrou para instalarse en Matignon. Pocas horas después de su llegada a Matignon, la agencia rebajó la calificación soberana de Francia, en vista de la “fragmentación política” del país, lo que, en su opinión, no favorece una rápida recuperación de las finanzas públicas. Luego bajó su calificación Aa2, lo que fue acompañado por una “perspectiva negativa” señalando un probable deterioro en el más o menos corto plazo, hasta Aa3, con perspectiva estable.
“Nuestro problema de finanzas públicas no ha desaparecido”
Dos días después, el gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau, advirtió de la urgente necesidad de restablecer las finanzas públicas, de lo contrario el país corre peligro. “hundimiento progresivo”. “La censura del gobierno anterior no debería conducir a una negación de la realidad: nuestro problema de finanzas públicas no ha desaparecido, al contrario”declaró luego en una entrevista en nuestras columnas.
La misma historia del Tribunal de Cuentas: “No hay nada que podamos hacer con una deuda de esta magnitud. Son 25 mil millones de reembolsos en 2021, 53 mil millones este año, 70 mil millones el próximo (…) ¿Cómo quieren financiar las políticas públicas del futuro?preocupó a su primer presidente, Pierre Moscovici, el mismo día.
Para el nuevo gobierno, la tarea promete ser inmensa, ardua y arriesgada, mientras que el presupuesto de la Seguridad Social ya ha derribado al equipo de Michel Barnier. El primer paso será construir un texto para presentar al Parlamento. La segunda será conseguir que se vote. Y rápido: en menos de diez años, la deuda pública ha aumentado más de 1.000 millones de euros hasta alcanzar el 113,7% del PIB, poniendo a Francia contra la pared.
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