“Seguiremos utilizando todos los medios a nuestro alcance para combatir los incendios”, prometió el presidente Joe Biden al mediodía. Estos vientos cálidos y secos previstos deberían tener “una fuerza cercana a la de un huracán”, comparó la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass.
Asediada por las llamas desde el pasado martes, la segunda ciudad de Estados Unidos cuenta sus muertos día tras día: el número de muertos aumentó el domingo a 24, según las autoridades locales.
Sin embargo, los esfuerzos desplegados por miles de bomberos, incluidos los del vecino México, permitieron contener parcialmente los dos principales incendios de los últimos días. Y los bomberos presentes en el lugar han recibido refuerzos humanos y materiales, incluidas decenas de camiones cisterna, y están preparados para hacer frente a la situación, aseguraron varios de sus responsables.
Se necesitan “decenas de miles de millones de dólares” para la reconstrucción
Más de 12.000 viviendas, edificios y vehículos han resultado destruidos o dañados por los incendios, que podrían ser los más costosos jamás conocidos, según estimaciones provisionales.
“Devolver Los Ángeles al estado que era costará decenas de miles de millones de dólares”, estimó el lunes Joe Biden. El gobernador de California, Gavin Newsom, ya ha solicitado que se aprueben 2.500 millones de dólares para la respuesta a desastres.
Cientos de miles de niños regresaron a la escuela el lunes, anunciaron las autoridades. Sin embargo, las escuelas afectadas y las de las zonas evacuadas permanecieron cerradas. Más de 90.000 personas siguen afectadas por una orden de evacuación. La afluencia de evacuados que deben ser alojados es otro desafío para la ciudad californiana, y hay informes de propietarios oportunistas que aumentan sus alquileres.
Ante los saqueos, está vigente un toque de queda nocturno en las zonas más devastadas. Las autoridades locales anunciaron el lunes la acusación de nueve personas sospechosas de saqueo.