En el marco de la iniciativa para el regreso de los desplazados a Casamance, el Estado senegalés ha puesto en marcha medidas concretas para facilitar la reintegración de estas poblaciones que viven en el exilio desde hace más de cuatro décadas. Gracias al Programa de Emergencia para la Modernización de los Ejes y Territorios Fronterizos (PUMA) y a la Agencia Nacional para la Reactivación de las Actividades Económicas y Sociales en Casamance (ANRAC), más de 130 hogares ya han recibido ayuda material para su reconstrucción.
El plan Diomaye para Casamance, dotado de un presupuesto de más de 4.000 millones de francos CFA, representa un verdadero rayo de esperanza para estas comunidades que buscan estabilidad tras años de desarraigo. Una de las primeras acciones destacadas fue la distribución de materiales de construcción a estas familias, incluidas 130 toneladas de cemento y materiales para la construcción de letrinas, con el objetivo de ofrecer a los desplazados un entorno de vida permanente y digno.
La ministra Maïmouna Dieye expresó la importancia de esta ayuda diciendo: “ustedes, los desplazados retornados, no están solos. Hoy, una nación entera está a su lado, consciente de su sufrimiento y decidida a apoyarlos en esta transición. son una lección para todos nosotros.
El proyecto de retorno no se limita al simple suministro de materiales de construcción. También incluye varias otras iniciativas destinadas a mejorar la vida cotidiana de las personas en la región. Entre las medidas adoptadas, una de las principales prioridades es mejorar el acceso a los servicios de salud, al agua potable, a la educación y al cultivo de alimentos.
En este contexto, la salud de los residentes es una de las preocupaciones centrales del programa. En este sentido, la localidad de Diaobé Kabendou, en el departamento de Vélingara, recibió una ambulancia destinada a su puesto de salud local. Esta ambulancia forma parte de un lote de tres vehículos distribuidos en la región para mejorar el acceso a la atención médica esencial de la población.
El PUMA prevé la construcción de 50 kilómetros de caminos rurales, facilitando así la apertura de pueblos y el acceso a servicios básicos. Otras infraestructuras esenciales, como redes de agua potable, la construcción de cuatro nuevos puestos de salud equipados y cinco escuelas, ayudarán a mejorar las condiciones de vida de los desplazados y de la población local.
La implementación de este importante proyecto fue facilitada por un memorando de entendimiento firmado entre el gobierno senegalés y ANRAC. Esta asociación estratégica tiene como objetivo coordinar esfuerzos para garantizar que cada familia pueda beneficiarse de un apoyo adaptado a sus necesidades específicas.
El programa PUMA no se limita a una ayuda humanitaria puntual. Representa una verdadera estrategia de desarrollo sostenible para Casamance, con acciones concretas para mejorar la calidad de vida de las poblaciones y fortalecer las infraestructuras de la región. En 2025, 992 hogares más se beneficiarán de esta asistencia, lo que marcará un punto de inflexión decisivo en el proceso de reintegración de las personas desplazadas.
