Una reorganización urgente de la atención a la primera infancia
La situación de estos niños pone de relieve un problema institucional importante: la gestión de los niños de cero a cinco años. El Dr. Giroux propone una solución: una reorganización completa de la atención a la primera infancia, disociando la gestión de los niños de cero a tres años, que entran en el ámbito sanitario, de los de tres a cinco años, que pueden recibir apoyo de la educación preescolar.
Actualmente, el Ministerio de Salud no está preparado para atender a niños de cero a tres años, que requieren un seguimiento médico estricto, incluida la nutrición, el peso y el seguimiento de su desarrollo físico. Asimismo, el Ministerio de Educación no puede gestionar adecuadamente a los niños de este grupo de edad, lo que los pone en mayor riesgo.
Según el Dr. Giroux, una solución viable sería confiar el cuidado de los niños de cero a dos años al Ministerio de Salud, que tiene las competencias necesarias en materia de atención médica y seguimiento de la salud infantil. Los niños de tres a cinco años, por su parte, podrían ser atendidos por el Ministerio de Educación, con una coordinación reforzada a través de la Agencia Nacional de la Primera Infancia.
Un llamado a la acción: el Estado debe actuar
La situación actual no puede continuar. Es urgente que el Estado reorganice sus instituciones para garantizar una protección óptima de la primera infancia. Si esta reforma no se implementa, los riesgos de que se produzcan otras tragedias son reales, y los niños quedarán abandonados a su suerte y serán vulnerables a todo tipo de abuso y abandono.
Los niños de la guardería Keur Yeurmandé, como los de todas las instituciones de protección de la infancia, merecen un futuro mejor. Un futuro donde el abuso y el abandono no sean parte de su vida diaria y donde las autoridades tomen en serio sus responsabilidades. Ya es hora de que el Estado deje de hacer la vista gorda ante esta realidad y adopte medidas concretas para evitar que otros niños sufran las mismas atrocidades.
El destino de estos niños está en manos de las autoridades. La inacción podría costarles la vida. Es hora de actuar para darles la oportunidad de reconstruirse y crecer en un entorno seguro y amoroso.