Bélgica se está rearmando poco a poco. Al contrario de lo que ocurrió durante la legislatura liderada por el liberal Alexander De Croo, el próximo gobierno debería armar los nuevos drones estadounidenses adquiridos por Defensa. La guerra en Ucrania y la amenaza que la Rusia de Vladimir Putin representa para Europa explican este cambio.
El gobierno de De Croo (en la actualidad) había dejado de lado el armamento de los drones. En esta coalición, los partidos de izquierda –socialistas y ecologistas– se opusieron a la voluntad de los liberales flamencos: no la querían. Tenían reservas éticas y plantearon el riesgo que representan estas armas de causar víctimas colaterales. Les preocupaba reducir el umbral para el uso de la fuerza. Se destacó la deshumanización de la guerra.
La invasión de Ucrania por parte del ejército ruso en febrero de 2022 cambió completamente la situación, y la futura coalición gubernamental que el nacionalista flamenco Bart De Wever intenta formar actualmente da por sentado el armamento de drones de Defensa.
Una ley para equipar drones con misiles
El nacionalista flamenco N-VA de Bart De Wever, que siempre ha sido proatlántico, acaba de presentar una legislación para equipar con misiles los drones MQ-9B SkyGuardian de la Defensa estadounidense. La propuesta está firmada conjuntamente por Les Engagés, el partido centrista francófono para quien “es más que urgente que se adopte la decisión política de armar drones”. Como era de esperar, los liberales del Movimiento Reformista lo apoyan, considerando que el ejército belga debe tener “el equipamiento del siglo XXI”.
Lo más sorprendente es que los socialistas flamencos sean de la misma opinión. Vooruit parece dispuesto a dejar de lado su herencia antimilitarista en nombre del pragmatismo, aquí como en otras cuestiones. “Nuestra Defensa quedaría muy debilitada si no aceptáramos esta nueva tendencia y este nuevo tipo de guerra. El clima geopolítico y la tecnología están evolucionando. Nuestra defensa debe poder seguir el ritmo, también en aras de la seguridad de nuestras tropas en el terreno”, explicó el socialista Axel Weydts. “Los drones no sólo se utilizan en un contexto ofensivo, sino también para la protección de las tropas”.
Se han presentado modificaciones a la futura ley. En particular, enfatizan la importancia de mantener el control humano sobre los drones en un momento en que la inteligencia artificial plantea tantas preguntas. De ahí la insistencia de algunos en recordar los fundamentos del derecho internacional humanitario.
El armado de drones, uno de los raros acuerdos mostrados por el futuro gobierno
Algunos observadores interpretan que el énfasis en este cuasi compromiso es sintomático del período actual. Aunque todavía está por confirmar, el armamento de drones se considera una de las pocas cuestiones en las que los socios de la futura coalición gubernamental (“Arizona”) están verdaderamente de acuerdo. Bart De Wever, recordemos, tiene hasta el 31 de enero para presentar al rey y al país el futuro gobierno que pretende presidir.
En 2018, Bélgica decidió adquirir cuatro drones MQ-9B SkyGuardian. Están construidos por la empresa estadounidense General Atomics Aeronautical Systems Inc, con sede en San Diego, California.
Para la ocasión, la aviación belga recreó discretamente uno de sus escuadrones más antiguos, el 2.º, disuelto en 2001 por motivos de ahorro.
El 2.º escuadrón fue creado en septiembre de 1913. Participó activamente en la Gran Guerra. Obtuvo 22 victorias, siete de ellas de Edmond Thieffry, uno de los “ases” de la aviación militar belga, que pasó a la historia por haber contribuido a abrir la ruta aérea hacia el Congo y África.
Pilotos belgas se entrenan para volar el F-35
En un contexto similar, se sigue paso a paso la llegada de 34 cazabombarderos F-35 del fabricante de aviones estadounidense Lockheed Martin encargados por Bélgica. Esta adquisición fue calificada como el “acuerdo del siglo” cuando el gobierno Michel (2014-2018) firmó una orden de compra por unos 4.000 millones de euros. Los F-35 reemplazarán a los viejos F-16. Entre dos y cuatro de estos aviones de la época de la Guerra Fría eventualmente serán alineados en el frente ucraniano.
También en este caso el N-VA de Bart De Wever había adoptado una posición proamericana y había hecho todo lo posible para que quedara descartada la competencia europea. Las críticas sobre la fiabilidad del F-35 no cambiaron nada.
El pasado mes de diciembre, un piloto belga pudo finalmente tomar el control de un F-35. “Encontramos ciertos puntos de referencia en particular durante el despegue y el aterrizaje, por lo que no estamos totalmente perdidos, ¡pero la comparación termina ahí!”, comentó a la prensa. El uso táctico es totalmente diferente. Los avances tecnológicos son enormes. Es un avión furtivo que no puede ser detectado por radar a diferencia del F-16. Esto hace que sea más fácil acercarse a los objetivos a cierta distancia para localizarlos, identificarlos y posiblemente utilizar armas”.
Este piloto vuela desde Luke AFB en Arizona con estadounidenses, noruegos, daneses, italianos, holandeses y singapurenses. Dentro de unos días, cuatro pilotos belgas deberían volar el F-35. Los primeros cazabombarderos estadounidenses se esperan en la base de Florennes, en Namur, el próximo verano. Garantizarán, en particular, la protección de los cielos del Benelux y, por tanto, de Luxemburgo.