Los gendarmes atacaron duramente el centro de la “Plazza Cosmétiques”, donde cuatro agentes fueron enviados al gnouf por vender complementos alimenticios y otros productos peligrosos para la salud. Pero este asunto es sólo la punta del iceberg de esta plaga de productos destinados a hacer ganar peso.
En las redes sociales, los “expertos” en bienestar crecen más rápido que la maleza después de una fuerte lluvia, compitiendo con consejos para atraer a nuestras damas en busca de “hermosas” curvas artificiales. Instagram, Facebook, TikTok… Cada plataforma tiene su gran mago de la redondez. El cóctel se vuelve entonces explosivo: comprimidos, cápsulas, jarabes, cremas, polvos, supositorios e inyecciones letales…
A partir de ahora, algunas mujeres ya no escatiman en medios, creyendo firmemente que la belleza debe costar “carne”.
Por rivalidad o simplemente para complacer a sus hombres, se entregan a esta mala broma, sabiendo que la búsqueda frenética de una figura perfecta es una aventura de alto riesgo.
Peor aún, para la mayoría ya no es cuestión de quedarse ahí: para ser bella, también hay que sufrir… o incluso morir. De una vez por todas.
Senegal
