El deterioro de las relaciones entre París y Argel se agravó aún más tras la represión del influencer argelino Doualemn, a quien Francia quería expulsar. El TikToker procesado por incitar al odio en las redes sociales fue devuelto a Francia por las autoridades argelinas.
Francia amenazó con tomar represalias. El ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot, mencionó en particular la posibilidad de restricciones a los visados y a la ayuda al desarrollo, a pesar de las consecuencias que las medidas tendrían como castigo colectivo por parte de la población argelina. Argelia rechazó este sábado las acusaciones francesas de “escalada” y “humillación”, denunciando una “campaña de desinformación” contra Argel.
Por el momento, es Francia la que más sufre el distanciamiento entre ambos países desde que Emmanuel Macron decidió reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental el pasado verano. Argelia, que la guerra fría enfrentó al reino de Shereef, se sintió traicionada porque apoya al Frente Polisario que exige la independencia de la antigua colonia española.
No más compras de trigo francés
La ruptura del frágil equilibrio que Francia intentaba mantener entre Argelia y Marruecos ya está teniendo consecuencias económicas. El régimen argelino ha lanzado medidas de represalia contra las empresas francesas y el proyecto de la fábrica Renault en Orán está completamente paralizado. Argelia también dejó de comprar trigo francés, del que dependía en dos tercios de sus importaciones, lo que es una mala noticia para los productores de cereales franceses.
A Francia le preocupa más la suspensión de la cooperación con Argel en materia de seguridad y lucha contra el terrorismo. La reanudación de los intercambios entre los servicios de inteligencia en esta zona ultrasensible es una prioridad para París. La crisis franco-argelina llega en un mal momento, cuando los yihadistas se están fortaleciendo en los países del Sahel, vecinos de Argelia, de donde el ejército francés ha sido expulsado. Francia también tendría una gran necesidad de restablecer el diálogo con Argel para hacer frente al riesgo de que los yihadistas regresen de Siria tras la caída del régimen de Bashar al-Assad y la llegada al poder de los islamistas. Algunos de estos potenciales “retornados” son en realidad argelinos o francoargelinos.
El arma de los pases consulares
La negativa de Argelia a expulsar a un influencer es otro motivo de preocupación para el gobierno francés. Hasta ahora, las autoridades argelinas no habían utilizado todavía el arma de los pases consulares para castigar a Francia por su cambio radical en el Sáhara Occidental. Argelia todavía emite muy pocas (entre el 10 y el 12 % de las solicitudes de readmisión), pero su número no ha disminuido a pesar de la crisis entre los dos países. Según una estimación, Francia pudo deportar a poco menos de 2.000 argelinos a la frontera en 2024, como en años anteriores. Se trata principalmente de argelinos sospechosos de radicalización o alteración del orden público.
El asunto Boualem Sansal en el centro de la crisis
Otro motivo de tensión entre los dos países, el escritor franco-argelino Boualem Sansal, de 80 años, enfermo, está encarcelado desde mediados de noviembre en Argelia por poner en peligro la seguridad del Estado. Este sábado se organizó en París una manifestación de protesta contra la detención de Boualem Sansal.
El presidente francés, Emmanuel Macron, que pide su liberación, consideró a principios de enero que Argelia se estaba “deshonrando a sí misma al impedir que un hombre gravemente enfermo buscara tratamiento”. Argelia calificó estas declaraciones de “injerencia descarada e inaceptable en un asunto interno de Argelia”.
Según Argel, Boualem Sansal habría cometido “un grave desliz”, al afirmar, en una entrevista con el medio de extrema derecha Frontières, “que parte de Argelia estaba anexada a Marruecos antes de la independencia”, esta vez en referencia a la zona del Este. Sáhara.
De hecho, Francia sirve de chivo expiatorio al Presidente Abdelmadjid Tebboune, que carece de legitimidad después de haber sido reelegido muy pobremente el pasado mes de septiembre con el 94,65% de los votos pero con una participación muy baja (menos de una cuarta parte de los electores según algunos observadores).
Los influencers argelinos detenidos en los últimos días en Francia ya se habían movilizado en 2024 para alentar el voto de la diáspora a favor del presidente Tebboune. Su campaña actual parece ser una respuesta coordinada de figuras cercanas al régimen argelino a los opositores que intentaron revivir el movimiento de protesta “hirak” en las redes sociales hace unas semanas.
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