EN FOTOS – Hace diez años, casi 4 millones de personas marcharon en Francia por la libertad de expresión y contra el terrorismo tras los atentados contra Charlie Hebdo, Montrouge e Hyper Cacher.
“París es hoy la capital del mundo”recibe a François Hollande el domingo 11 de enero de 2015. Casi 4 millones de personas en Francia, 1,5 millones en la capital, una cincuentena de jefes de Estado o de Gobierno, representantes de religiones y partidos políticos de derechas como de izquierda: “una marea humana, como se describe en ese momento Le Figaro, exalta la cohesión nacional” e internacional tras los atentados contra Charlie Hebdo, Montrouge e Hyper Cacher. Fue entonces la mayor movilización jamás registrada en Francia.
cohesión nacional
Las imágenes hablan por sí solas. La plaza de la República de París, saturada de una multitud compacta mientras las calles adyacentes son a su vez invadidas por miles de parisinos, provincianos y extranjeros que han venido a mostrar su solidaridad con el país herido y sus 17 víctimas que cayeron bajo los ataques de hermanos. Kouachi y Amedy Coulibaly. “Francia en pie”aplaude en uno El Fígaro en su edición del día siguiente.
Los carteles y lemas celebran la libertad de pensar y dibujar, los lápices blandidos como símbolos de los caricaturistas de prensa que murieron por las caricaturas. “Soy Charlie”se reproduce sin cesar el logo viral creado con emoción la noche del 7 de enero por un diseñador gráfico parisino. “Soy policía, soy judío, soy francés, soy Charlie”cantan las jóvenes mientras los furgones de la policía reciben una gran ovación.
Un mensaje confuso
Boulevard Voltaire, la reunión ya no es anónima. Alrededor de François Hollande, una cincuentena de jefes de Estado y de Gobierno encabezan la procesión. Están presentes la alemana Angela Merkel, el británico David Cameron, el español Mariano Rajoy, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, acompañados por la pareja real jordana, el primer ministro israelí y el presidente de la Autoridad Palestina. También vemos al Primer Ministro turco, al jefe de la diplomacia rusa, al presidente ucraniano y al Ministro de Justicia estadounidense. Pero también ocho jefes de Estado africanos.
La presencia de dirigentes reacios a promover la libertad de prensa en su país no deja de suscitar polémica. “Fue en apenas unas horas, durante la jornada del sábado, con un sorprendente efecto bola de nieve, que la marcha republicana reclutó a decenas de manifestantes dentro de los ejecutivos de todo el mundo, excepto en Asia y América Latina, transformando así su mensaje inicial, deslizándose suavemente él de la lucha por la libertad a la lucha contra el terrorismo”explica Le Figaro.
Emoción sobre todo
Los representantes de los partidos políticos, atrapados entre la multitud, pusieron fin a sus riñas durante unas horas. Bloqueado en el lado uniforme del bulevar donde se reúne la izquierda, Geoffroy Didier, cofundador de Strong Right, dice: “Me encontré con Najat Vallaud-Belkacem y su marido en el metro, y en la calle intercambié unas palabras con Malek Boutih y Delphine Batho”. “Aunque luchamos políticamente a diario, estábamos felices de encontrarnos allí, juntos, y fue sincero”testifica ante el Fígaro al tiempo que recuerda que no debe descartarse ningún debate. El Frente Nacional no fue invitado. Marine Le Pen, en una reunión en Beaucaire en el Gard, denuncia “el gran blanqueo de conciencias”.
Sin embargo, la emoción es palpable en las filas, especialmente entre los supervivientes de los atentados saludados por François Hollande. El presidente francés consigue animarlos cuando, al tener el hombro manchado de excrementos de paloma, provoca que el equipo de charlie hebdo. Sin embargo, no es suficiente para sofocar la “¡Bravo!” y el «¡gracias!» quienes, en este paréntesis tan especial, saludan la acción del gobierno.