El presidente venezolano, Nicolás Maduro, prestó juramento para un tercer mandato de seis años el viernes, luego de unas elecciones de julio ampliamente consideradas ilegítimas.
La líder de la oposición María Corina Machado apareció en un mitin el jueves y fue detenida brevemente por las fuerzas de seguridad que la obligaron a grabar videos, según su personal.
En una declaración publicada el viernes, los ministros de Relaciones Exteriores del Grupo de los Siete denunciaron la “falta de legitimidad democrática” de la toma de posesión de Maduro, calificándola de “mantenimiento continuo y represivo del poder” después de que el gobierno se negara a publicar los recuentos de votos.
El comunicado denuncia “detenciones arbitrarias y otros abusos de civiles, incluidos niños, jóvenes y activistas” durante protestas pacíficas.
El gobierno venezolano rechaza estas acusaciones, calificándolas de propaganda.
Este año, Canadá preside el G7, un grupo de democracias ricas que también incluye a Francia, Alemania, Italia, Japón, el Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Europea.
La ministra de Asuntos Exteriores, Mélanie Joly, reiteró el jueves “el apoyo de Canadá a todos aquellos que luchan para que se respete la voluntad del pueblo venezolano”. En un mensaje en la plataforma X, indicó que Canadá reconoció a “Edmundo González como ganador de las elecciones del 28 de julio y presidente electo de Venezuela”.
El mismo día, el líder conservador Pierre Poilievre felicitó a Machado y otros activistas, diciendo que otros países deben ayudar a restaurar la democracia en Venezuela.
“La democracia es un derecho sagrado que debe ser respetado”, escribió en X. “El pueblo venezolano pide al mundo que lo apoye mientras ejerce su derecho a protestar sin violencia ni persecución”.
El mes pasado, Venezuela acusó a Ottawa de ser “esclava de los intereses imperiales estadounidenses” después de una nueva ronda de sanciones contra funcionarios venezolanos.
El Ministerio de Relaciones Exteriores del país dijo que Canadá estaba tratando de chantajear a Venezuela, “lo que demuestra la humillación y el descrédito internacional del gobierno canadiense, que se ve reducido a actuar como un peón disminuido y subordinado del gobierno estadounidense”.