Desaladora de Casablanca, un costoso retraso

Desaladora de Casablanca, un costoso retraso
Desaladora de Casablanca, un costoso retraso
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La desaladora de Casablanca, un proyecto capital, estructurante y urgente, que pretende convertirse en el mayor de su tipo en el continente africano y satisfacer las necesidades de agua potable de millones de marroquíes, acumula un retraso considerable. Si esta iniciativa se hubiera aplicado a tiempo, los considerables fondos movilizados para la autopista del agua podrían haberse destinado a otros proyectos igualmente cruciales, afirmó el jueves el ministro delegado ante el Jefe de Gobierno encargado de las relaciones con el Parlamento y portavoz del Gobierno, Mustapha Baitas.

Hay que reconocer que el proyecto de la planta desalinizadora de agua de Casablanca se vio superado por la lamentable realidad del retraso. Según afirma Baitas, que respondió a las preguntas de los periodistas durante la rueda de prensa celebrada este jueves tras la reunión del Consejo de Gobierno, « Hemos identificado un problema importante en relación con la planta desalinizadora de agua de Casablanca: su puesta en funcionamiento ha sufrido un retraso considerable. Si esta instalación hubiera estado operativa dentro del plazo estipulado, es muy probable que los enormes recursos financieros actualmente asignados a la autopista hidráulica se hubieran reinvertido en otros proyectos relevantes. Entonces, el meollo del problema radica en el hecho de que esta estación no se completó a tiempo.« .

Mientras el país trabaja para garantizar su suministro de agua potable, este proyecto, no sólo estructurante sino también vital y urgente, acumula retrasos. Sin embargo, su escala promete convertirlo en el más grande de su tipo en África. Desde su primera fase prevista para finales de 2026, deberá suministrar 548.000 m³ de agua por día, el equivalente a 200 millones de m³ por año, antes de alcanzar su capacidad total de 822.000 m³/día a mediados de 2028. El suministro de 300 millones de metros cúbicos de agua cubriría principalmente las necesidades de consumo, mientras que una asignación de 50 millones se reservaría para el riego, un soplo de aire fresco para los agricultores del país.

El coste de esta titánica empresa no debe tomarse a la ligera: asciende a 11 mil millones de dírhams, financiados por un consorcio formado por Acciona, Green of Africa (GOA) y Afriquia Gaz. Unos 6,5 mil millones de dírhams se destinarán al componente de la planta desaladora, que además utilizará tecnología de ósmosis inversa. Además, el proyecto incluye tuberías de suministro de agua de mar de 1.850 ml de longitud y un emisario de descarga de 2.500 ml, así como una unidad de tratamiento de lodos.

En un país donde cerca de 6,7 millones de habitantes esperan ver cubiertas sus necesidades de agua potable, abarcando la Gran Casablanca, Berrechid-Settat y El-Jadida Azemmour, el proyecto de desalinización es de suma urgencia. Sin olvidar las 8.000 hectáreas de terreno agrícola pendientes de ser regadas con agua tratada, todo ello de aquí a 2026. Un reto, una promesa, pero sobre todo, una necesidad. A medida que pasa el tiempo, la pregunta sigue siendo si esta vez podremos cumplir los plazos, ya que las obras de construcción se iniciaron en junio pasado.

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