Durante meses, en Rennes, los voluntarios se movilizaron para intentar encontrar un perrito de personalidad salvaje. Su nombre es Pana, y su historia vale un cuento de Navidad, dicen las buenas almas que hicieron todo lo posible para encontrarla antes de que fuera demasiado tarde.
Hay que decir que su viaje no es común. Salvada de un futuro muy incierto en una perrera rumana, la perrita fue atendida por una asociación especializada, que le encontró un hogar y una adopción en Mordelles, cerca de Rennes, en febrero de 2024.
en las calles
Pero aquí está: el animal, sin duda poco acostumbrado a la vida en sociedad, había partido hacia las calles más cercanas, tres días después de su llegada a Mordelles. Fue visto en Rennes bastante rápidamente. “Sin duda pudo sobrevivir porque estaba acostumbrada a estas condiciones difíciles”, comenta Anaïs, una de las atentas voluntarias.
Pana se convierte así, a su pesar, en una celebridad en las redes de protección de animales. Pero no sólo eso. “Durante meses se informó de ello en todas partes de Rennes, en grupos de vecinos y otros”, señala Anaïs. Se la ve en Les Gayeulles. Luego al sur de la ciudad. En septiembre-octubre, los informes permitieron aislar una zona donde parecía tener sus hábitos, cerca del campus de Villejean.
Herido
“Allí los voluntarios recolectaron donaciones para comprar equipos de captura, porque mientras tanto nos enteramos de que estaba herida. No podemos capturar así a un animal temeroso y en mal estado”.
Luego se instala una jaula trampa en este sector estratégico. Los voluntarios se turnan día y noche para vigilar la jaula. “Dos voluntarios muy dedicados durmieron muy poco para estar ahí todo el tiempo: fueron muchas noches sin dormir, pero queríamos que ella estuviera abrigada para Navidad y se logró. Fue capturada el jueves 19 de diciembre. »
La pequeña Pana finalmente encontró refugio en la asociación “Le Vieux zoo”: “Inmediatamente trasladada a una clínica de postratamiento, Pana tuvo que ser operada de una herida profunda provocada por el collar por el que había logrado deslizar una pata y que, durante varios años, meses, había estado carcomiendo su carne, provocando la repentina cojera que se observa desde principios de verano…”, indica la asociación. “Recuperado en estado de shock, nuestro perrito de paja también permanece perfundido y calentito bajo la atenta mirada del equipo veterinario. » El perro permaneció hospitalizado hasta el 23 de diciembre.