La economía de un país sólo puede prosperar de manera sostenible si se apoya en una base productiva y real, capaz de generar riqueza tangible, empleos y valor agregado concreto. Una economía parasitaria, dominada por prácticas especulativas o rentistas, debilita el crecimiento, amplía las desigualdades y frena el desarrollo.
En Senegal, es hora de pedir un comienzo colectivo para construir una economía anclada en la producción real. El financiamiento debe orientarse prioritariamente hacia proyectos estructurantes y productivos: modernización de infraestructuras, apoyo a las PYMES locales, desarrollo de sectores industriales, agrícolas y tecnológicos. Esto requiere una visión clara, pero también herramientas financieras adaptadas para apoyar estas ambiciones.
En esta dinámica, es crucial desafiar a los empleadores senegaleses. Muchas empresas se contentan con la redistribución o la subcontratación de puestos sin tener herramientas de producción propias, lo que limita su capacidad de contribuir significativamente al desarrollo de la economía nacional. El desarrollo económico no puede basarse únicamente en el consumo o la especulación; requiere inversión en cadenas de valor locales fuertes y competitivas.
Por lo tanto, lanzamos un llamamiento a todos los agentes económicos y financieros para que participen en esta transformación.
Para una economía fuerte, independiente y sostenible, debemos dejar de priorizar el corto plazo e invertir en sectores capaces de llevar a Senegal hacia una verdadera emergencia. El futuro de nuestra economía depende de nuestra capacidad de producir, innovar y crear riqueza real para nuestros ciudadanos.
Dra. Ismaila Diallo
Diputado, primer vicepresidente
Local
Senegal