¡Merecido! A pesar de algunos incidentes durante el partido, los Briochins lógicamente eliminaron al Le Havre AC. Un dominio bastante impresionante que realza aún más los contornos de su calificación. Ellos, los bretones, casi aficionados.
Copa de Francia (32º). Stade Briochin (N2) – Le Havre AC (P1): 1-0
Hay hazañas que lo son porque son improbables. Porque la magia de la Copa ha venido a entrometerse. Y luego están las hazañas merecidas. Los que destacan. Esas que no disputamos porque, sobre el terreno, simplemente ha ganado el mejor.
Gente “humillada” de Le Havre
El sábado, a última hora de la tarde, bastaba escuchar a Didier Digard, entrenador del Le Havre, para preparar el escenario de esta hazaña tan especial. “Cuando pierdes cuando hay tres divisiones, no puede ser el entrenador”, afirmó. Llega un momento en que los jugadores deben asumir la responsabilidad. No me excluyo, el entrenador siempre va al fuego. Hasta que no se respete la manera. Se sintieron humillados, lo entiendo, porque yo siento lo mismo. »
La vergüenza la tienen los habitantes de la Ligue 1. El mundo se puso patas arriba ante los 4.025 espectadores del Fred-Aubert. Un mundo que los Briochins han hecho alegre y animado. Un mundo donde las sonrisas ya no bastaban, tan grande era la felicidad.
“Hicimos algo grande”
James Le Marer, el capitán de Briochin, disfrutó cada momento. Y todo empezó incluso antes de que se diera el saque inicial, cuando entró al terreno de juego junto a Nael, su hijo. Como los demás papás del plantel Briochin. “¡El momento fue perfecto de la A a la Z! » El capitán tenía el récord de número de asientos adquiridos: cuarenta. “Me tomé una foto con ellos al final. La Copa es nuestro momento, pero también lo es el de nuestras familias. »
Madi Diakité y sus 26 entradas no se quedaron fuera de esta velada suspendida. El pistón izquierdo había unido a todo Collinee. “Inmediatamente sentimos que podíamos derribarlos”, afirma el interesado. Hicimos algo grande, pasamos a ser parte de la leyenda del Estadio. Vencer a una Ligue 1 no se logra desde hace mucho tiempo”. Treinta años concretamente, cuando los Grifos, entonces en la D2, ganaron el 14 de enero de 1995 en el campo del SM Caen (3-1).
“En el descanso tenía miedo de que nos arrepentiéramos”
Lo más loco de esta hazaña tal vez sea pensar que los Briochins podrían haberla escrito mucho antes. Desde la primera parte cuando tuvieron ocho oportunidades. “En el descanso tenía miedo de que nos arrepentiéramos”, admite James Le Marer. Me recordó el partido contra Lens”. El 23 de enero de 2018, Ahmad Allée falló su penalti (10′), no Lensois López (14′), antes de que a James Le Marer se le negara el gol por un fuera de juego muy cuestionable.
Esta vez no se deslizó ninguna piedra en el camino. El rodillazo de Nego se estrelló en el poste (34′). Y el gol le fue negado a Sabbi, por una falta previa sobre Angoua (73′).
“Gran orgullo”
“Es merecido”, proclama también Christophe Kerbrat, ganador de la edición de 2014 con el EA Guingamp. Es un gran orgullo vivir esto en Saint-Brieuc, un club al que aprecio. »
A pesar de su condición de veterano, Franck L’Hostis nunca había tenido un lugar en los octavos de final. “Con casi 35 años, valió la pena”, afirma entusiasmado el portero. Realmente no nos robamos esta clasificación. Agregamos los ingredientes necesarios. Es completamente merecido. »
Entonces surgió la lógica. Pero eso no impide la emoción, la alegría suprema, los recuerdos para siempre. “Al final del partido me derrumbé”, admite Madi Diakité, “lloré como loca…. Pensé en todos los que estaban allí, en Seb Oger, que me dio mi oportunidad en el FC Nantes, en mucha gente que se fue demasiado pronto”. Desde allí tampoco nadie lo dudaba: ¡el Stade Briochin merecía su éxito como nunca antes!
Crédito de la foto: Foto Nicolas Créach