Un narcotraficante que agredió sexualmente a un cliente que dormía en una habitación de hotel pudo haberse declarado “malentendido”, pero aun así un juez lo declaró culpable, señalando que no, una persona que está durmiendo no puede estar dando su consentimiento.
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“La capacidad de dar consentimiento es un requisito previo para el consentimiento”, tuvo que recordar la jueza Nathalie Fafard a Sidi Elfatmi Hajouji Idrissi y a todos aquellos que lo habían olvidado. “No puede haber consentimiento cuando la denunciante está inconsciente, es decir, cuando está dormida”.
Y las consecuencias pueden ser graves, ya que el acusado, de 48 años, ahora corre el riesgo de ir a prisión, además de estar registrado como delincuente sexual desde hace muchos años.
En su caso, el delito se produjo durante la pandemia, cuando la denunciante había recaído en la cocaína.
La mujer, que se alojaba temporalmente en un hotel de Montreal, pidió entonces medicamentos. Era el acusado quien era el repartidor.
No es un “malentendido”
Sin embargo, la víctima había consumido tanto que en un momento se quedó dormida. Y Hajouji Idrissi, que todavía estaba allí, aprovechó para satisfacer sus bajos instintos, a pesar de que la mujer le había dicho claramente que no quería tener relaciones sexuales.
“Ella precisa que el gesto no se hace con delicadeza, la sensación es desagradable, está en estado de somnolencia, no reacciona y se vuelve a dormir”, se lee en la reciente sentencia dictada en el tribunal de Montreal.
Temprano en la mañana, Hajouji Idrissi volvió a hacerlo, agrediendo sexualmente a la denunciante por segunda vez. Esto despertó a la mujer, que pudo ver entonces la “mirada de satisfacción” del violador.
Presa del pánico, la víctima se enfrentó al acusado, quien se mantuvo vago en sus respuestas. Luego llamó a la policía, a pesar de los intentos del acusado de convencerla de que se trataba de un “malentendido”.
Acusado no creíble
Durante el juicio, Hajouji Idrissi intentó hacer creer a la gente que la víctima en realidad estaba dando su consentimiento y que había “experimentado placer”. Sin embargo, su dudoso testimonio y su mala memoria convencieron al juez de que no era creíble.
La víctima, por su parte, brindó un testimonio “claro y preciso”, describiendo, pese a su disgusto, las acciones cometidas en su contra.
La Corona también pudo contar con la pericia de un toxicólogo, quien confirmó que el estado físico de la víctima correspondía al de una persona que había consumido una cantidad importante de drogas en los días anteriores.
Hajouji Idrissi, declarado culpable de agresión sexual, volverá a comparecer ante el tribunal en enero para defender la sentencia que se le impondrá.