Dominique Pelicot, acusado de haber drogado a su esposa Gisèle durante una década para violarla y hacerla violar por decenas de desconocidos, fue declarado culpable y condenado a 20 años de prisión. Los otros 50 acusados fueron declarados culpables, pero las sentencias varían
Un juicio extraordinario, un veredicto histórico y justicia para Gisèle Pelicot. Después de cuatro meses de audiencias y tres días de deliberaciones, los cinco magistrados del tribunal penal anunciaron este jueves por la mañana el destino reservado a los 51 acusados en el juicio por violación de Mazan: todos culpables.
El principal acusado, Dominique Pelicot, de 72 años, que admitió haber drogado a su esposa Gisèle durante una década con ansiolíticos para violarla y entregarla a decenas de desconocidos que reclutó en Internet, fue declarado culpable de todos los actos presuntos, entre ellos la captura de imágenes inmodestas de su hija Caroline. Dominique Pelicot recibió la pena máxima posible por violación con agravantes, es decir, 20 años de prisión penal, con un período de seguridad de dos tercios, siguiendo así la solicitud de la Fiscalía en su auto de acusación de finales de noviembre.
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Los otros 50 acusados, hombres de entre 27 y 74 años, de todos los orígenes sociales, acusados de haber agredido sexualmente a Gisèle Pelicot mientras estaba inconsciente, fueron declarados culpables. Las penas van desde tres años de prisión, dos de los cuales fueron suspendidos, hasta 13 años de prisión. Las sentencias dictadas, sin embargo, son generalmente inferiores a las requisiciones. Sólo un acusado saldrá en libertad, cuya pena ya está cubierta por la prisión preventiva.
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Gisèle llegó entre los aplausos del público.
Los tres hijos de la pareja, David, Caroline y Florian, llegaron juntos a la cancha alrededor de las 8:30 a.m., abriéndose paso entre una multitud de espectadores, activistas y periodistas. Entre los aplausos del público y al son de la canción “Debout les femmes”, su madre Gisèle llegó por separado y sonriendo poco después de las nueve de la mañana acompañada de sus dos abogados. Fuera del tribunal, grupos feministas acudieron para apoyar a Gisèle Pelicot y denunciar la “cultura de la violación”.
La tensión era palpable en la sala del tribunal de Aviñón, donde está prevista una gran presencia policial en caso de que el tribunal anuncie órdenes de prisión preventiva contra los 32 acusados que se encuentran en libertad. Para hacerles espacio, sólo cuatro medios de comunicación de los casi 180 acreditados, entre ellos 86 extranjeros, pudieron asistir a la lectura del veredicto en la sala principal del tribunal. Los demás periodistas lo escuchaban desde varias salas laterales.
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Solicitudes de sentencias ejemplares
El fiscal había solicitado entre 10 y 18 años de prisión para 49 de ellos, juzgados por violación agravada, y cuatro años de prisión para el último, procesado únicamente por “tocar” a Gisèle Pelicot. Estas requisas son más severas que la pena media por violación en Francia, que era de 11,1 años en 2022, según el Ministerio de Justicia.
Laure Chabaud, una de los dos representantes del Ministerio Público, esperaba que la decisión del tribunal fuera más allá de la suerte de los acusados y enviara “un mensaje de esperanza a las víctimas de violencia sexual”. Este veredicto debe constituir una guía “en la educación de nuestros hijos, porque es a través de la educación que se impulsará el cambio” para “una conciencia colectiva y social”, insistió.
Por el contrario, los abogados defensores habían presentado una treintena de solicitudes de absolución para sus clientes que, según ellos, habían sido “manipulados” por el “monstruo”, el “lobo” o incluso el “ogro” Dominique Pelicot. Ellos “no tenían la intención” de violar a su ex esposa, que ahora tiene 72 años, y por lo tanto no cometieron un delito en el sentido del código penal, argumentaron.
juicio extraordinario
Inusual por su duración, el número de acusados, pero sobre todo por la atrocidad de los hechos denunciados, este proceso ya ha hecho historia. En las filas de las asociaciones feministas y de los partidos civiles hay grandes esperanzas de que cambie la mentalidad sobre las violaciones, los intentos de violación y las agresiones sexuales denunciadas cada año por más de 200.000 mujeres en Francia.
Este asunto también habrá permitido encarnar el flagelo de las víctimas de agresiones sexuales, en particular mediante el uso de la sumisión química, a través de la figura de Gisèle Pelicot, que de víctima anónima se transformó con el paso de las semanas en un icono feminista que insta a las mujeres “ dejar de callar” para que “la vergüenza cambie de bando”.