Jean-François Guillaume, enviado especial para Siria, visitó el martes los locales de la embajada evacuada el 6 de marzo de 2012.
Con una amplia sonrisa en los labios, Jean-François Guillaume, enviado especial para Siria, abandona los locales de la embajada de Francia en Damasco, en medio de los residuos acumulados sobre el terreno desde el 6 de marzo de 2012, fecha del cierre de la Cancillería. « La bandera francesa vuelve a ondear sobre nuestra embajada », declara solemnemente.
Acompañado de una delegación de otros tres diplomáticos, se dirigió este martes 17 de diciembre a la capital siria para inaugurar el local cerrado desde hace doce años e izar la bandera tricolor.
Desde 2012, el edificio que alberga la embajada está abandonado. La entrada bloqueada por una verja se ha transformado en un cubo de basura. Las bisagras de las puertas están oxidadas con el tiempo. Para abrirlos, las fuerzas del orden francesas que gravitan en torno a Jean-François Guillaume buscan primero entre “ la caja de llaves » que trajeron, antes de darse por vencidos rápidamente.
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