Todas las miradas se vuelven una vez más hacia la isla de Taiwán, atrapada entre dos potencias cuyo conflicto va en aumento. Si bien la presión militar ejercida por China no cede –como lo demuestran los cientos de aviones y decenas de barcos que Beijing desplegó cerca de la costa taiwanesa a principios de diciembre–, Estados Unidos decidió responder.
Por primera vez en treinta años, la administración estadounidense envió 38 tanques de combate, del modelo Abrams, a territorio taiwanés. La motivación es clara: reforzar sus capacidades militares ante un posible ataque de China. El M1A2 Abrams llegó a Taiwán la noche del domingo 15 de diciembre y fue trasladado a una base de entrenamiento del ejército en Hsinchu, al sur de la capital Taipei, dijo el Ministerio de Defensa.
Washington, principal proveedor de armas de Taiwán
El gobierno taiwanés realizó un pedido de 108 unidades en 2019, por un valor de más de 1.200 millones de dólares. El resto de los tanques deberán entregarse en 2025 y 2026. Washington confirma así su condición de principal proveedor de armas de la isla, cada vez más amenazada por China. Una alianza que sigue despertando la ira de Pekín, que reclama Taiwán como parte de su territorio.
El ejército taiwanés dispone actualmente de 1.000 tanques, de producción local como el CM Brave Tiger, o de diseño americano como el M60A3, cuya tecnología tiende a quedar obsoleta. A principios de noviembre, Taiwán recibió su primer lote de lanzacohetes múltiples estadounidenses HIMARS, ya utilizados por Ucrania en su conflicto contra Rusia.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de China también instó, el lunes 16 de diciembre, a Estados Unidos a “dejen de armar a Taiwán (…) y apoyar a las fuerzas independentistas taiwanesas”.
19.000 millones de dólares destinados a la defensa de las islas en 2024
El portavoz del ministerio, Lin Jian, denunció “el intento de autoridades taiwanesas buscar la independencia a través de la fuerza y la ayuda exterior”según él “condenado al fracaso”. Luego aclaró que “China defenderá firmemente su soberanía nacional, su seguridad y su integridad territorial”.
Durante las últimas cinco décadas, Estados Unidos ha vendido equipos militares y municiones por valor de miles de millones de dólares a Taiwán, incluidos aviones de combate y buques de guerra F-16. Si bien Donald Trump asumirá el mando de la Casa Blanca en enero de 2025, la estrategia futura de Washington será objeto de escrutinio.
Por el momento, Estados Unidos mantiene su posición histórica sobre la cuestión de Taiwán: a saber, mantener una política de “ambigüedad estratégica” respecto de una posible intervención militar estadounidense si la isla fuera atacada frontalmente por China. Mientras tanto, Taipei sigue destinando cada vez más dinero a la defensa de su territorio. Si bien el gobierno taiwanés ya le ha dedicado un presupuesto récord de 19 mil millones de dólares en 2024, se espera que este último alcance un nuevo máximo en 2025.
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