Par
Benoît Lesaulnier
Publicado el
15 de diciembre 2024 a las 15:45
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el teléfono deaurelia gomez nunca deja de sonar. “Es así todo el día”, responde. Valerie Saberel director del gallinero Haute-Bruyère de Proussy (Calvados).
Este estructura familiar está pasando por una época muy ocupada dos semanas antes de Navidad. En particular para completar el libro de pedidos.
14.000 aves en el gallinero
“Estamos felices cuando terminan las vacaciones”, confirma. Con 9 empleados distribuidos entre el matadero y críala granja está funcionando a toda velocidad para satisfacer a los clientes.
Los pollos criados encuentran un plato en clientes locales. Carnicerías, supermercados, ventas en el mercado y directamente en la finca.
Incluso hay quienes los llevan con sus familias en la región parisina.
A lo largo del año, algunos 14.000 aves de corral comer en los gallineros gigantes durante 14 a 16 semanas.
“Y para Navidad, aumentamos nuestra producción añadiendo aves festivas. » Con esta expresión para designar las gallináceas navideñas, Valérie Sabre evoca la producción muy estacional de sus 1.400 pavos, 1.200 capones y 500 gallinas y pintadas caponadas.
“Siempre tenemos miedo”
Personal importante para satisfacer la demanda. Si en diciembre el trabajo es más duro, los agricultores de Calvados tienen el placer de ofrecer productos de calidad. Incluso si provoca una buena dosis de estrés.
“Siempre tenemos miedo de que un enfermedad viene a arruinarlo todo o el tormenta Arrancarlo todo”, admite Valérie, que debe seguir un estricto protocolo para entrar y salir de cada recinto. Las botas deben desinfectarse cada vez, por ejemplo.
“Tenemos el placer de hacer todo de la A a la Z», comenta el equipo. Los polluelos se reciben menos de 24 horas después del nacimiento. Crecen retozando en la hierba, “excepto durante los períodos de gripe aviar como el actual”, precisa Valérie Sabre, obligada a confinar a sus protegidos.
“Cuando se trata de bienestar, no podemos hacerlo mejor”
En la finca también se realiza el sacrificio. “Cuando se trata de bienestar, no podemos hacerlo mejor porque evita que los animales se estresen durante el transporte. Se siente en la carne”, garantizan los criadores.
Un reto que emprenden los artesanos con el objetivo de brindar un regalo navideño.
“Cuando estamos en la mesa en Nochevieja, pensamos en nuestros clientes. Nos decimos a nosotros mismos que deben disfruta de nuestro pavo. Esperamos con impaciencia sus comentarios”, aprecia Valérie, directora del corral.
Después de las vacaciones, el equipo podrá finalmente respira. Mientras tanto, el teléfono sigue sonando.
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