Los Jóvenes Agricultores (JA) de Loiret organizan un espectáculo este sábado 14 de diciembre en las calles del centro de Orleans. Imposible perderse este ruidoso y colorido desfile de tractores después del anochecer. Este desfile de doce grandes máquinas, procedentes de todo el departamento, fue un acontecimiento insólito para poner estrellas en los ojos de los niños.
Porque el motivo de este primer desfile de estas características, a pocos días de Navidad, es sobre todo festivo, y no reivindicativo. La JA pretende así “destacar el mundo agrícola y su dinamismo”, creando una atmósfera “cálida y mágica”.
Quitándose la “etiqueta de chico malo”
Colombe llega procedente de Giennois: “Aprovechamos un parón de temporada para estar allí. Es una oportunidad de ser vistos de otra manera, de quitarnos esa mala etiqueta que podemos tener”. Paul, de Beaune-la-Rolande, toma medidas: “Queremos demostrar que no nos limitamos a manifestarnos, que no estamos simplemente descontentos, que nos solidarizamos, durante las vacaciones, con los habitantes de la ciudad”. Distribuye pequeños obsequios a los jóvenes, deja que un niño se suba a un fardo de paja en el remolque, sólo para tomar una foto. En la plaza frente a la Place Sainte-Croix, muchas personas quieren posar junto a ruedas que duplican su tamaño.
Al fondo también brilla la catedral. Un curioso queda atrapado porque parece más interesado en las máquinas que en el edificio religioso. Se justifica: “¡He visto más catedrales iluminadas que tractores iluminados en mi vida!” Kyllian también reside en Beaune-la-Rolande y desde hace dos años trabaja en la JA: “Nos conocemos todos. Es realmente un buen ambiente. Es un placer ver la felicidad de los niños. Escuchamos “¡bien hecho!”. , “magnífico”… Este tipo de agradecimiento se siente bien”.
“Es una tregua”
Valentin Caron, presidente de la JA du Loiret, recuerda: “Aunque la lucha no está lejos, esta noche es la tregua. Cuando llegamos, cientos de personas estaban esperando, ¡es genial!”. Algunos incluso acudieron intencionadamente, como dos jóvenes aficionados a los tractores con sus familias. Mathurin, de 4 años, está visiblemente impresionado, pero feliz. Mientras Raphaël está encantado: “¡Soy un fanático de las decoraciones y mi hermano pequeño es un fanático de los vehículos!”
Los aplausos aumentan cuando comienza el desfile, bajo la lluvia. Suenan las sirenas. La procesión desciende hasta el Loira, donde el vino y el chocolate caliente esperan a los espectadores. Calientan los cuerpos de los transeúntes, del mismo modo que este festival calienta los corazones de los agricultores.