Un nuevo habitante se ha instalado en el Eure, y más precisamente en las orillas del Charentonne, cerca de Broglie (Eure): el castor europeo. Como indica la prefectura del departamento que acaba de oficializar la noticia: “Tras el descubrimiento de maderas cortadas con lápiz y caídas, árboles roídos, característicos de la presencia del castor (…) el Intercom Bernay Terres de Normandía, el normando El Grupo Mammalógico y la Oficina Francesa de Biodiversidad (OFB) han llevado a cabo varios estudios. Los análisis genéticos realizados confirmaron que se trata del castor europeo, especie protegida, y no de su primo, el castor canadiense, clasificado Especies exóticas invasoras. »
“Sin estos análisis, habría sido muy difícil determinar la especie, porque ambas son muy parecidas”, explica Bastien Thomas, director del proyecto de mamíferos semiacuáticos del Norman Mammaological Group. Por otro lado, nada que ver con el coipo, un animal originario de América del Sur que lleva años afincándose en la misma zona. El castor es más grande y su cola es muy diferente, como especifica la prefectura: “El coipo tiene una cola redonda mientras que el castor europeo es, por su parte, muy fácilmente reconocible por su cola plana con apariencia escamosa. »
Presente en la región, como en el resto de Francia, al menos hasta el siglo XVII, fue cazado intensamente. “Se utilizaba por su pelaje, su carne, pero también por sus glándulas con las que delimita su territorio esparciendo castoreum, una secreción natural utilizada en la época para fijar los olores en la perfumería”, explica Bastien Thomas. “Y, como fue fácil de capturar, prácticamente desapareció. En el siglo XX sólo quedaban unas pocas docenas de individuos en el valle del Ródano. »
Bueno para ciertas especies animales, menos para las propiedades circundantes.
Finalmente protegido desde 1968, se fue reintroduciendo progresivamente en diferentes sectores, en particular en el Valle del Loira. Pero, para los de Charentonne, nadie sabe cómo llegaron allí. “Hasta ahora, gracias a cámaras trampa se podían observar simultáneamente dos individuos diferentes en dos lugares distintos”, explica Bastien Thomas, que se inclina por la reintroducción no autorizada sin conocer los motivos.
Queda por ver si este regreso es una buena noticia para el medio ambiente. “En términos de biodiversidad, esto es bastante beneficioso”, defiende Bastien Thomas. “Porque el castor, gracias a las represas que construye, favorece la filtración del agua que fluye más lentamente, permite la instalación de nuevas especies como libélulas y pájaros elevando el nivel del agua en determinados lugares…”
Resta explicar esto a los propietarios del entorno que pueden verse afectados por los daños causados por este “ingeniero” de las vías fluviales que bajo ningún concepto deben ser perseguidos ni atrapados. “Hay que apoyarlos y mediar con ellos, eso seguro”, admite Bastien Thomas, quien precisa que se han comenzado a aplicar medidas de protección de los árboles de la zona.