Su abogado precisará: “Era un alcohólico notorio”. Esto explica su cirrosis hepática, pero no el hecho de que, antes de 2007, invirtiera parte del dinero malversado en la bolsa con la esperanza de hacerlo crecer. Dinero perteneciente a la comunidad perwéziana.
Una vez descubierto el pot aux roses, lo despidieron y abandonó su casa de Perwez para vivir en Saint-Servais, donde recibió prestaciones de desempleo, parte de las cuales fueron embargadas por las autoridades fiscales.
Parte civil, el Ayuntamiento de Perwez solicitó un daño moral fijado en 5.000 euros. Desestimó las afirmaciones del demandado, según las cuales, de los 290.903,48 euros, convendría retirar 90.000 que representan las cantidades utilizadas por el Ayuntamiento para BPost, tarjetas de felicitación y los gastos de inspección técnica del parque de vehículos, así como 57.000 otros que un ex empleado, siempre desconocido, se habría embolsado.
La fiscalía no hizo todo lo posible. Sopesó la duración del período de infracción, el alcance de las apropiaciones indebidas, la importancia de la función y la confianza total de la que debería haber disfrutado su titular. La lacra se detuvo en cinco, el número de años de prisión condicional requeridos, con prohibición de ejercer una función pública o privada con implicaciones financieras. Sentencia de 3 de enero de 2025.