“Lo más difícil, lo más doloroso, es luchar contra espectros de candidatos RN de los que no sabemos nada, a quienes nunca encontramos sobre el terreno”.suspiró Didier Parakian el domingo por la noche, esperando ansiosamente los resultados de Sabrina Agresti-Roubache, de la que era diputada, que acabó arrasada y relegada a la tercera posición en la primera circunscripción. “Es un tsunami de votos RN”, observó con amargura el ministro y diputado saliente, que sin embargo no ha escatimado esfuerzos estos días para arar el sector, apoyado por figuras de las redes de Gaudin. Por la izquierda, Pascaline Lécorché, que llegó segunda, tampoco se quedó inactiva: “¡Fuimos a buscar cada voz, una por una!”
La candidata RN ni siquiera tuvo que hacer campaña… Su puntuación en la primera vuelta despegó sola el domingo por la noche, pasando del 27% en 2022 a más del 45%. En los carteles, su foto sólo aparecía como una miniatura, aplastada por las de Jordan Bardella y Marine Le Pen. “Ella es invisible como Casper el fantasma”, dicen de ella sus adversarios. Monique Griseti, de quien sólo sabemos que tiene 64 años y tía del diputado RN por Vitrolles y de Marignane Franck Allisio, nunca responde a las solicitudes de la prensa, siguiendo las instrucciones de su partido. Ni siquiera habló el domingo por la noche. Su avance es como la manifestación nacional de Marsella: inexorable y sin rostro.
