La fiscalía solicitó el lunes una pena de prisión suspendida de 18 meses contra una enfermera de la Asistencia Pública Hospitalaria de Marsella (AP-HM), procesada por homicidio involuntario tras administrar 1.000 veces la dosis de adrenalina prescrita a un paciente.
La víctima, de 47 años, ingresó en el servicio de reumatología del hospital de día de Sainte-Marguerite el 5 de septiembre de 2017 y tuvo que someterse a una quinta inyección para tratar la artritis reumatoide. Después de un episodio alérgico, sufrió un shock anafiláctico, rápidamente tratado por un interno supervisado por un médico senior.
20 microgramos
Con base en el protocolo establecido para este tipo de situaciones, el interno le había prescrito la inyección de 20 microgramos de adrenalina. Pero la enfermera, que llegó unos meses antes (tras el cierre de su servicio en otro establecimiento de AP-HM), le había administrado 20 miligramos, o 1.000 veces más, en este caso los cuatro viales de 5 miligramos presentes en el carrito de urgencias.
El paciente fue trasladado a cuidados intensivos y el error de dosificación no se reveló hasta el día siguiente. La mujer murió el 9 de septiembre.
Ya jubilada, la enfermera afirmó ante el tribunal penal de Marsella que había oído al interno hablar de miligramos, pero para el jefe del departamento esta dosis “no puede existir”, siendo la dosis recomendada en caso de paro cardíaco un miligramo.
Cuando se le preguntó “qué dosis habría parecido fatal”, la acusada respondió que no lo sabía, ya que nunca antes había usado adrenalina en su carrera. “Me dijeron ¡Date prisa, date prisa! ».
“Ella mató a mi esposa”
“Si a usted le recetan un kilo de Doliprane en lugar de un gramo, ¿no le preocupará, ni siquiera a usted, un profano? “, cuestionó el acompañante de la víctima. Él mismo, enfermero formador en oncología, exhibió ante el tribunal una jeringa que mostraba la cantidad “astronómica” administrada. “No es digno de una enfermera”, lamentó. “Ella mató a mi esposa, es normal que esté aquí”.
“No hay pruebas que sugieran que los médicos se protegerían y echarían la culpa a las enfermeras”, afirmó el fiscal Michel Sastre, solicitando “una condena importante” de 18 meses de prisión suspendida. Según el magistrado, “si el enfermero tiene alguna duda sobre la prescripción, la consulta con su autor”. El abogado de la enfermera, Philippe Bonfils, pidió la absolución y afirmó que su cliente “no intenta evitar nada, a diferencia de la AP-HM que quiere eximirse de su responsabilidad”.
La sentencia se dictará el 9 de septiembre.
