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El Ministro de Habous y asuntos islámicos, Ahmed Toufiqhabía suscitado polémica al declarar, el lunes 25 de noviembre ante la Cámara de Representantes, que había dicho al ministro francés del Interior, durante una reunión, que “Marruecos es un país laico”.
Unos días después, Abdelilah Benkirane reaccionó a estos comentarios durante una reunión partidista en la pequeña ciudad de Oulad Berhil, en la provincia de Taroudant, subrayando que los marroquíes, históricamente, siempre han estado apegados a su religión y siguen siéndolo. Añadió que “El Estado marroquí preserva su identidad islámica a lo largo de su larga y rica historia”añadiendo que este apego al Islam no se limita a la fe individual, sino que constituye una parte integrante de la esencia misma del Estado marroquí, regido por el Comandante de los Fieles.
Abdelilah Benkirane recordó también que el título de comendador de los fieles, que porta el rey, no es una novedad, sino el legado de una larga tradición de unión entre religión y Estado. Insistió en que “Marruecos nunca ha sido un Estado laico” y que, a lo largo de los siglos, los marroquíes han mantenido sus valores religiosos. También subrayó que el Estado marroquí sigue preservando las tradiciones religiosas establecidas por los antepasados, en particular bajo el reinado del sultán Mohammed Ben Abdallah, que desempeñó un papel central en el fortalecimiento de la educación religiosa en el país.
En una carta fechada el martes 3 de diciembre, Ahmed Toufiq refutó las interpretaciones hechas por el líder del PJD, afirmando: “De mis palabras se entendió que habría declarado que el Estado en Marruecos es laico, pero nunca mencioné el Estado. El Estado marroquí es el de Imarat Al Mouminine [Commanderie des croyants, ndlr]y he estado sirviendo, por la gracia de Dios, en la gestión de asuntos religiosos durante más de dos décadas”.
El ministro insistió en que tales declaraciones no modifican en modo alguno el lugar fundamental de la religión en el Estado marroquí. “Imarat Al Mouminine sigue siendo el garante esencial de la protección de la religión y sus valores fundamentales”, dijo, añadiendo que este papel no requiere “defensa en reuniones partidistas o frente al público”porque las verdades religiosas son inmutables y no están sujetas a controversia política.
También criticó al secretario general del PJD por haber abordado públicamente un tema sin tomarse la molestia de verificar los hechos con los interesados. “Si le hubieran dicho estas palabras o hubiera escuchado breves comentarios en el Parlamento, habría sido su deber ponerse en contacto conmigo para preguntarme qué dije realmente y qué quería expresar”. Ahmed Toufiq considera que este enfoque constituye una falta de rigor que perjudica la credibilidad política y moral.
En su carta, el ministro comparó el sistema político marroquí con los modelos occidentales, recordando que los partidos políticos marroquíes, incluido el PJD, operan en un marco inspirado en sistemas laicos, en particular en lo que respecta a las elecciones, la legislación y las alianzas políticas. “Incluso Benkirane, cuando estaba al frente del gobierno, trabajó en leyes basadas en referencias occidentales, como las relativas a la igualdad de oportunidades, las libertades individuales y la ciudadanía”, señaló.
Ahmed Toufiq destacó también el enfoque único de Marruecos, que combina modernidad y protección de los valores religiosos a través de Imarat Al Mouminine. “Usted mismo, como Jefe de Gobierno, ha tenido que formar alianzas con socios que tenían diferentes concepciones y convicciones religiosas. Es una práctica arraigada en un cierto ‘laicismo marroquí’, una fórmula específica que permite a Marruecos mantener su equilibrio”, añadió.
El Ministro de Habous y Asuntos Islámicos insistió en que el‘Imarat Al Mouminine ofrece un equilibrio único, protegiendo la fe y garantizando al mismo tiempo las libertades individuales y colectivas. Precisó que esta especificidad marroquí evita derivas hacia un laicismo absoluto, donde la mayoría numérica dictaría los valores del Estado.
Al concluir su carta, el funcionario gubernamental pidió un discurso político más maduro y ético, lejos de cualquier instrumentalización de la religión. “La política marroquí puede ofrecer un modelo único, siempre que se eviten los eslóganes vacíos y se presenten intenciones sinceras”. dijo. Insistió en la importancia de los valores morales como base de cualquier proyecto político exitoso.
Benkirane responde inmediatamente
La respuesta de Abdelilah Benkirane a la carta de Ahmed Taoufiq no tardó mucho, ya que, a última hora de la tarde del mismo día, el ex jefe de gobierno publicó una respuesta en su página. Facebook donde expresa su pesar: “Me entristecieron sus declaraciones publicadas en un sitio electrónico, donde me critica por mis comentarios hechos durante una manifestación partidista”. Luego explicó que, aunque a menudo es objeto de ataques, rara vez elige responder, pero que la posición de Toufiq lo empujó a esclarecer los hechos.
El ex jefe de Gobierno admitió que los comentarios del ministro en el Parlamento le habían molestado, pero decidió no responder en ese momento. Aclaró que sus críticas no iban dirigidas personalmente a Toufiq, sino a quienes habían “Aproveché tus comentarios para sacar conclusiones que ni tú ni yo aceptamos”. Y para agregar: “Si hubiera querido responderte, lo habría hecho el mismo día”.
Benkirane insistió en que sus declaraciones a Oulad Berhil no pretendían atacar al ministro de Habous, sino que iban dirigidas a la “gente malintencionada que explota a estos sujetos para dañar al país, a sus referentes y a sus constantes”. Si bien reafirmó su apego a sus declaraciones, lamentó que pudieran haber causado alguna ofensa personal a Toufiq: “Si sintió alguna ofensa, le pido disculpas pública y directamente”.
En su respuesta, tanto personal como directa, Benkirane habló también de su relación profesional y humana: “Creo que me conoces tan bien como yo a ti, si no más. Más allá de la amistad y el conocimiento mutuo, trabajamos codo con codo durante cinco largos años”.
Sugirió posponer para otra ocasión cualquier discusión sobre la relación entre las credenciales islámicas y seculares del Estado marroquí: “En cuanto al diálogo sobre qué es islámico en nuestro Estado y qué podría llamarse secular, tendrá que esperar a otro momento y otro contexto”.
Benkirane concluyó su carta con una invitación al perdón y a la reconciliación: “Sólo quiero señalar que si yo no me comuniqué contigo, tú tampoco. Que Dios nos perdone a todos”.
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