Justicia en Mosela. ¡Se acabó la fiesta!

Justicia en Mosela. ¡Se acabó la fiesta!
Justicia en Mosela. ¡Se acabó la fiesta!
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El hombre corre hacia el estrado. Apariencia decidida, frente alta y mentón deliberado, mirada láser enfocada en la cancha. Breve resumen de los hechos, pero Hackim no está contento. Entonces él marca el tono. “Está bien, te explicaré las cosas”, dice. Nada de nada, los jueces detienen inmediatamente a esta divertida cebra, porque son ellos quienes lideran los debates y no al revés. El acusado se traga su enfado y muerde el bocado.

De mala gana. Bien formado, vestido con uniforme verde, exuda fuerza y ​​poder, pero no particularmente violencia. “No es la mala bestia”, dijo su abogado, Me Friha.

Sin embargo, sin duda debemos tener cuidado con las aguas tranquilas, porque los policías que lo arrestaron tienen malos recuerdos de ellas. Seis días de contrarreloj para uno de ellos. A finales de junio, Hackim conducía por el valle del Orne cuando lo detuvieron para realizarle un control. Ilegal según Me Friha porque inicialmente no tenía ningún motivo. Por una vez, el fiscal está de acuerdo con ella. De talento vivaz y dientes duros, aprovecha para denunciar un “control de facies”.

“¿Crees que usan Tasers por diversión? »

Lo cierto es que la policía percibe un olor muy intenso a droga en el habitáculo del vehículo, y es entonces cuando todo se pone patas arriba y se convierte en una pelea. ¿Se está rebelando Hackim? “Estoy luchando sí, porque me duele el hombro. Estoy roto por todos lados”, se defiende. ¿Se opuso o no al arresto con fuertes patadas y puñetazos? ” De ninguna manera. Dije que me esposaras por delante. Detrás de mí no puedo hacerlo”, insiste. “Ustedes lucharon violentamente”, insiste el presidente. ” De ninguna manera. Lo siento si un oficial resultó herido, pero me tiraron al suelo y me dispararon cinco veces. Hay tres de ellos sobre mí. Ahora saben quién soy, saben lo que soy, podrían esposarme desde el frente”, insiste Hackim, con la voz entrecortada por la ira. “Eso no es lo que dice la policía. Usaste la fuerza. ¿Crees que usan Tasers por diversión? », pregunta el tribunal. El intercambio es tenso, Hackim está exasperado y devuelve bruscamente el balón: “Dije: vamos chicos, os sigo”. Como un gato alerta, Me Friha denuncia “un expediente doblado de antemano”, en modo “nosotros nos lo haremos”, y finalmente “una detención muscular e injustificada”. Luego, fiel a su lado travieso y portazo, deplora “una actitud de vaquero”.

La policía encontró encima, en ropa interior, resina de cannabis, hierba, cocaína y heroína. Por unos 900 euros. Esto iba a ser utilizado para una velada festiva con amigos. Iban a la fiesta del Gran Duque en Luxemburgo. Y la báscula encontrada en su vehículo, ¿para qué servía? “Recogí esto por casualidad. Estaba mi tisis y un poco la de mis amigos. » Hackim jura que dejó de consumir narcóticos y luego volvió a empezar debido a los obstáculos que se encontraron en su camino. Muerte del padre, muerte del hermano… Si pretende trasladar a la gente, es un fracaso.

Con 24 menciones en su prontuario penal por casos de drogas y violencia, el adulto sabe que ha tenido un mal comienzo. Además, el fiscal señalará “justificaciones que no se sostienen”.

Hackim, de 48 años, recibió una sentencia de 18 meses, incluidos seis meses de suspensión por dos años. Tour de despedida de los Grandes Duques…

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