Se trata de incidentes en los que se utilizaron explosivos para causar daños intencionalmente, pero no necesariamente actos relacionados con el narcotráfico. Sin embargo, un análisis de artículos de prensa realizado por el Instituto Flamenco para la Paz mostró que el número de ataques directamente relacionados con el mundo de las drogas también había alcanzado niveles sin precedentes. En 2023 se registraron 39 ataques, frente a 12 en 2021. En total, entre enero de 2017 y julio de 2024, se llevaron a cabo 118 ataques, de los cuales nada menos que 99 (84%) en Amberes.
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El instituto constata también la evolución del tipo de explosivos utilizados. Las granadas de mano utilizadas en 2019 y 2020 han dejado paso a petardos de gran formato tipo Cobra, cuya venta está prohibida en Bélgica, y a bombas incendiarias caseras. Las granadas utilizadas anteriormente procedían de arsenales de armas que databan de las guerras yugoslavas y circulaban en círculos criminales. Pero a medida que esta fuente se agotó, los petardos y fuegos artificiales ilegales se hicieron más populares. Fácilmente disponibles (en línea), también serían más fáciles de utilizar por los traficantes jóvenes. El Instituto de la Paz señala que, a diferencia de las granadas de mano, que proyectan metralla de metal, los fuegos artificiales plantean un riesgo menos inmediato de lesiones.
El informe completo fue presentado al Parlamento flamenco el martes por la tarde, en presencia de la Comisaria Nacional de Drogas, Ine Van Wymersch, y del Ministro federal de Justicia, Paul Van Tigchelt (Open VLD).