“En Francia, la pobreza no está explotando, pero avanza lenta y seguramente. » Ésta es la principal lección que se desprende del último informe sobre la pobreza del Observatorio de las Desigualdades, según Anne Brunner, directora de estudios del organismo independiente. Publicado este martes, el 4mi La edición de este inventario informa que en 2002, Francia tenía 3,8 millones de pobres en su territorio, es decir, el 6,6% de su población. En 2022, esta cifra saltó a 5,1 millones (8,1% de la población). En veinte años, 1,4 millones de personas más han caído en la pobreza (+25%).
Se incluyen en estas cifras las personas cuyos ingresos, una vez pagados los beneficios sociales, no superen los 1.014 euros netos mensuales para una sola persona. En pareja, esta cantidad es de 1.500 euros. Este umbral de pobreza, establecido por el INSEE y en el que se basa el Observatorio, corresponde a la mitad del nivel de vida medio (2.028 euros al mes).
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Las familias monoparentales se ven más afectadas
Naturalmente, las personas afectadas por la pobreza no forman un grupo homogéneo. Algunos sectores de la población se ven mucho más afectados que otros, señala Anne Brunner. En primer lugar, los desempleados. Así, casi uno de cada cuatro desempleados vive por debajo del umbral de pobreza. Por lo tanto, esta proporción es más de tres veces mayor que la de la población en su conjunto.
Las familias monoparentales también son muy propensas a sufrir económicamente. En 2022, más del 19% de ellos vivía por debajo del umbral de pobreza. Los inmigrantes tienen una tasa de pobreza casi similar (18,8%). Esta cifra revela las dificultades encontradas para la integración, la formación y la obtención de empleo de estas poblaciones, lamenta Louis Maurin, director del Observatorio.
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Otra señal de alarma que envía el informe: una de cada cinco personas con discapacidad es pobre, según la medición del umbral de pobreza situado en el 60% del nivel de vida medio. Una situación debida sobre todo a los costes médicos adicionales y “dificultades para integrarse al mundo laboral”.
Ausencia de datos en el extranjero
Uno de los objetivos fijados por el Observatorio es luchar contra las ideas preconcebidas, defiende Louis Maurin. En este sentido, insiste en el hecho “que la idea de que los pobres viven principalmente en zonas rurales es falsa”. Por una buena razón: casi dos tercios de las personas (63%) que viven por debajo del umbral de pobreza viven en zonas urbanas. Y dentro de estos centros urbanos, la proporción de pobres supera el 19%. En dieciocho barrios desfavorecidos de Francia, casi el 64% de los residentes se ven afectados.
A nivel nacional esta vez, como era de esperar, son dos regiones de ultramar las más afectadas por la pobreza. Así, según “Cifras recientes pero parciales”Reunión tendría un 36% de pobres y Martinica un 26%. En comparación, Ile-de-France, la región más pobre de la Metrópolis, tiene el 18%.
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De esta observación surge uno de los puntos ciegos del informe -que se basa en las cifras del INSEE para 2022-: la ausencia de datos sobre Guadalupe, Mayotte y Guyana. Áreas que, sin embargo, “Sufre una miseria extendida a gran parte de la población”. Para documentar mejor la pobreza de todos los territorios, Louis Maurin pide una mejor consideración de estas regiones “lejos de nosotros”. También lo es el recuento de personas sin hogar, muchas de las cuales no han sido incluidas en las medidas recientes, lo que podría revelar una realidad mucho más grave que la ya descrita.