La intensa ola de calor que afecta actualmente a Marruecos se atribuye a la persistente influencia del anticiclón de las Azores. Este fenómeno provoca temperaturas anormalmente altas, afectando la vida cotidiana, la agricultura y los recursos hídricos. Aunque se esperan temperaturas más bajas, el sur seguirá experimentando calor extremo.
La Dirección General de Meteorología (DGM) atribuye la actual ola de calor al persistente fenómeno del anticiclón de las Azores, que dirige masas de aire caliente hacia Marruecos. Este fenómeno hace que las temperaturas aumenten muy por encima de las normas estacionales, creando condiciones climáticas difíciles e impactando diversos aspectos de la vida diaria y la economía.
La DGM pronostica una caída gradual de las temperaturas a partir del 1 de diciembre de 2024. Sin embargo, se espera que las regiones del sur sigan experimentando un calor intenso debido a los cambios en los sistemas de presión atmosférica que gobiernan el clima regional. Las autoridades aconsejan permanecer alerta ante esta situación prolongada de calor, en particular hidratando bien con regularidad y evitando la exposición prolongada al sol. Los grupos vulnerables, como los niños, los ancianos y las personas con enfermedades crónicas, deben recibir especial atención para prevenir los riesgos relacionados con el calor, como la insolación y la deshidratación.
Este calor extremo tiene múltiples repercusiones en la economía, en particular en la agricultura, el suministro de agua y la salud pública. Los cultivos agrícolas corren el riesgo de sufrir daños importantes, lo que reducirá los rendimientos y amenazará la seguridad alimentaria en algunas regiones. Además, los sistemas de suministro de agua pueden verse sometidos a presión debido a la evaporación acelerada y al aumento de la demanda de riego. Los fenómenos meteorológicos extremos también aumentan la carga para los centros de atención sanitaria, con un mayor riesgo de enfermedades relacionadas con el calor.
El año 2023 estuvo marcado por más de 20 acontecimientos climáticos importantes en Marruecos, entre ellos olas de calor, tormentas violentas y nevadas excepcionales. Estos fenómenos afectaron a varias regiones del país, haciendo aún más evidente la variabilidad climática. Las nevadas de febrero en el Alto Atlas y el AntiAtlas, por ejemplo, alcanzaron acumulaciones récord de 2 metros, lo que requirió intervenciones de emergencia para apoyar a las poblaciones afectadas. Estos eventos nos recuerdan la importancia de estar preparados para eventos climáticos extremos.
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