El fallido intento de golpe militar enfrenta al presidente de Bolivia, Luis Arce, con su peor crisis

El fallido intento de golpe militar enfrenta al presidente de Bolivia, Luis Arce, con su peor crisis
El fallido intento de golpe militar enfrenta al presidente de Bolivia, Luis Arce, con su peor crisis
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Un intento fallido de golpe de Estado militar enfrentó el jueves en La Paz al presidente boliviano, Luis Arce, con su peor crisis desde que asumió el cargo en 2020, en un contexto ya incendiario: un país estrangulado por el aumento de los precios y la escasez de liquidez.

La tormenta institucional duró sólo unas horas, pero suficientes para revelar los defectos de un país en grave decadencia económica, sumido en una batalla de sucesión al más alto nivel con las elecciones presidenciales de 2025 en el punto de mira.

Las motivaciones del jefe del ejército, Juan José Zúñiga, que había instalado hombres y vehículos blindados en la plaza Murillo, frente al parlamento y al palacio presidencial, siguen sin estar claras.

Antes de su detención por parte de la policía, y luego la del jefe de la Marina, Juan Arnez Salvador -los dos hombres están procesados ​​por “levantamiento armado y terrorismo” y se enfrentan a hasta 20 años de prisión-, el general Zúñiga había dicho que quería “reestructurar la democracia, para convertirla en una democracia real […] No el de unos pocos, no el de unos pocos amos que han gobernado el país durante 30 o 40 años”.

También afirmó ante los periodistas que había actuado siguiendo órdenes del jefe de Estado, que le pidió el domingo que “escenificara algo para aumentar su popularidad” en medio de una situación “mala” en el país, sin dar más detalles.

El presidente Arce, degradando al general Zúñiga y juramentando un nuevo mando de las Fuerzas Armadas el miércoles, afirmó por el contrario que se trata de un “intento de golpe de Estado por parte de militares que ensucian el uniforme”.

Su ministro de Gobierno (Interior), Eduardo Del Castillo, fustigó a “dos militares golpistas que querían destruir la democracia”.

” Es una orden “

Quedan imágenes fuertes. La de una puerta del palacio presidencial forzada por un vehículo blindado y el ingreso entre la multitud del general Zúñiga, el aseguramiento de la plaza y el lanzamiento de gases lacrimógenos por parte de los militares dejando ocho heridos, y las imágenes de la conversación entre MM . Arce y Zúñiga, repartidos por la presidencia.

“Soy tu capitán […] llevar a toda la policía militar a sus cuarteles […] retire todas estas fuerzas ahora. Es una orden general, ¿no me vas a escuchar? », luego increpa al presidente Arce.

El general lo mira y responde con un rotundo “no”.

Luego del retiro de los militares de la plaza Murillo, el presidente Arce apareció en el balcón del palacio presidencial para saludar a la multitud que se había congregado. “Nadie puede quitarnos la democracia que hemos conquistado”, coreó.

Más tarde, esa misma noche, sobre el intento de golpe de Estado contra nuestro gobierno”.

Las condenas a la acción del general Zúñiga llegaron desde Chile, Ecuador, Perú, México, Colombia, Brasil, Venezuela, Rusia y España, que pidieron respeto a la democracia.

Estados Unidos también condenó el jueves que “los acontecimientos […] muestran claramente que la democracia sigue siendo frágil en nuestro hemisferio.

Francia pidió “respeto del orden constitucional”.

Crisis económica y disputas políticas.

Pero para Gustavo Flores-Macías, de la Universidad de Cornell en Estados Unidos, “el hecho de que el golpe haya fracasado no significa que la situación en Bolivia esté resuelta, al contrario: fue un síntoma de un descontento muy significativo que existe en gran parte de la población. sectores”.

Porque este episodio se da en un contexto de fuertes turbulencias económicas provocadas por la caída de los ingresos por la baja producción de gas, su principal fuente de divisas hasta 2023, un aumento de los precios y una escasez de dólares que provocan el enfado de comerciantes de todo tipo. mientras que la escasez de combustible provoca colas frente a las estaciones de servicio.

Y, sobre todo, de fondo está el conflicto entre Arce y su mentor político, el expresidente Evo Morales (2006-2019), ambos deseosos de postularse en nombre del partido gobernante, el Movimiento Al Socialismo (MAS), en las elecciones de 2025. elecciones presidenciales.

El general Zúñiga había expresado su firme oposición a un posible regreso al poder de Morales, el primer presidente de origen indígena en América Latina que goza de un fuerte apoyo en todo el país, pero que, según una decisión del Tribunal Constitucional, no puede competir.

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