“Se está resquebrajando por todas partes”: en Rennes, situación preocupante en el hospital

“Se está resquebrajando por todas partes”: en Rennes, situación preocupante en el hospital
“Se está resquebrajando por todas partes”: en Rennes, situación preocupante en el hospital
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La saturación está próxima en las salas de urgencias de las afueras de Rennes. El martes 18 de junio de 2024, la Agencia Regional de Salud de Bretaña dio la alarma, recordando la altísima actividad experimentada por los servicios afectados en las últimas semanas.

“Llame al 15 antes de acudir a urgencias”, aconseja la ARS que, dado el contexto, insta a la población a “llamar prioritariamente a su médico de cabecera durante el día o solicitar una cita médica mediante teleconsulta”.

Aumento de infecciones respiratorias

En el CHU Pontchaillou, donde se encuentra el mayor servicio de urgencias de la región, la situación es extremadamente tensa. “Hemos observado claramente un aumento de las visitas desde hace varias semanas”, indica Guillaume Herfray, delegado sindical del CFDT Santé Sociaux. “Recibimos alrededor de 1.600 llamadas diarias al SAMU”, añade un médico de urgencias. “A veces es muy complicado. Hay reuniones diarias en el hospital en tensión con nuestra dirección para intentar ajustar la situación”. Contactado sobre esta situación, el Hospital Universitario de Rennes no quiso responder a nuestras preguntas.

Varios factores explican este reciente deterioro de la situación. “Hay un aumento de los casos de infecciones respiratorias con el regreso de la covid y la epidemia de tosferina”, confía un médico de urgencias. “También hay muchos pacientes sin médicos tratantes que llegan más fácilmente a urgencias”. Una triste realidad. En una importante encuesta publicada en septiembre de 2022, Le Mensuel de Rennes reveló que 42.000 habitantes de la metrópoli de Rennes carecían de atención médica.

En el Hospital Universitario de Rennes, la reciente agrupación de las urgencias cardiológicas con el servicio de urgencias de adultos también ha afectado el flujo de los pasajes. “Recuperar la acogida de urgencias cardiovasculares cuando los cuidadores ya no saben dónde mamar es un poco el colmo”, afirma Anne-Cécile Thébault, del sindicato UNSA Santé.

La situación es incluso tensa en la periferia. Ante importantes problemas de recursos humanos, los servicios de urgencia de los hospitales vecinos se ven obligados a regular su actividad. A principios de junio, el hospital privado de Cesson se vio obligado a cerrar sus salas de urgencia por la noche durante una semana debido a una fuerte presión de personal. Una situación que también experimentan habitualmente los hospitales de Saint-Grégoire, Vitré y Fougères.

Traslado al CHU

“Sufrimos una evidente falta de personal médico”, lamenta Yann Béchu, director del hospital privado Cesson-Sévigné. “Nos enfrentamos a una escasez sistémica de médicos de urgencias porque la profesión ya no es atractiva. Entonces, cuando nos faltan personas o lugares disponibles en nuestros establecimientos, preferimos decir parar y poner regulaciones para no poner en peligro a los pacientes”.

Una situación que provoca un traspaso automático de actividad al Hospital Universitario de Rennes, que ya tiene una gran demanda y al que no le queda más remedio que “pagar los demás”. “No damos a los hospitales periféricos los medios para hacer frente a las emergencias y evitar el traslado a Rennes”, indica Guillaume Herfray. “No podemos regular nuestra actividad, tenemos que ingeniárnoslas para dar cabida a todos, pero a qué coste. En estos momentos estamos moviendo mucho los hilos. Los organismos se cansan y la fatiga puede provocar errores. Debemos esperar que los cuidadores puedan tomar un respiro este verano sin que esto tenga un impacto demasiado grande en la actividad de emergencia”.

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