Veinte días después del inicio de la Vendée Globe, la británica Samantha Davies (Initiatives Coeur) se acercó el viernes al Cabo de Buena Esperanza, en el extremo sur de África, considerado la puerta de entrada a los formidables Mares del Sur.
Precisamente en esta zona la navegante chocó contra un objeto flotante no identificado en 2020, poniendo fin a su carrera alrededor del mundo. Entre «excitación» y “aprensión”asegura a la AFP que se encuentra bien “Listo para la gran inmersión”.
“Estoy a unos días de navegación desde Good Hope. Está al sur de este lugar donde hice tapping la última vez… en la corriente hay muchas cosas dando vueltas y no es un muy buen recuerdo. En 2020 ya sabía que estaba entrando en una zona de riesgo, pero ahora aún más: lo viví.
Dedico mucho tiempo a software de mapeo para anticipar las vetas actuales. La idea será evitarlos y, si por el tiempo es imposible, traeré los foils y me prestaré especial atención, la última vez me rompí dos costillas.
Siempre es un momento especial alcanzar esta marca, pero ya he vuelto a estar allí desde mi accidente. Participé en The Ocean Race en 2023 (una vuelta al mundo tripulada con escalas, nota del editor) precisamente para reconciliarme con el Sur. Es importante tener esta experiencia en la cabeza antes de volver a afrontarla, para visualizar la dureza del lugar, las sensaciones de frío.
Este año, el inicio de la carrera fue especial. Tuvimos condiciones deportivas en Cabo Finisterre, estaba agotado, y luego un Atlántico Norte suave y largo que me permitió descansar y no tirar demasiado del barco.
Pero desde la crisis, la historia es diferente con esta depresión que nos está empujando. ¡No tuvimos tiempo de respirar! Creo que me cuidé bastante bien. No estoy del todo fresco, pero sí en buen estado físico y mental.
En términos de clasificación, aunque ahora estoy bastante por detrás del líder de la carrera, ser décimo al regresar al Sur es algo bueno. No es sólo una regata ir a Bonne Espérance, tenemos que volver a Francia, todavía pueden pasar muchas cosas. Sigo siendo competitivo.
Y, sobre todo, estoy preparado para el gran salto. Realmente es otra etapa que comienza. En el sur, el tiempo puede ser gris y frío durante diez días, sin sol, condiciones extremas, fuertes vientos, mar embravecido y, dada la distancia de la tierra, no hay derecho a equivocarse… Hay estrés y emoción.
Estaremos allí unos treinta días, tendremos que poder aguantar. En mi cabeza ya he recortado la ruta para darme valor: Buena Esperanza, las Islas Kerguelen, el comienzo de Australia, el Cabo Leeuwin, Tasmania…
Volveremos a ver albatros y todos se dispersarán por el mapa. Ya no tendría barcos cerca con los que compararme. Por fin solo… mucho mejor porque se quita un poco de presión. ¡Entramos en la verdadera Vendée Globe! »
Testimonio recogido por François d’Astier