Par
Stéphanie Hourdeau
Publicado el
28 de noviembre de 2024 a las 12:30 p.m.
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Duro golpe para el Cruz Roja de Vendea. Hace ocho días, su coleccionista de textiles, una empresa belga encargada de recuperar todo lo que la asociación no puede revender en sus tiendas locales, anunció que ya no podía llevar a cabo esta misión. “Se trata de un problema mundial que repercute a escala local”, confiesa Daniel Fort, presidente departamental de la Cruz Roja de Vendée. De hecho, desde hace varios meses, el sector de la recuperación y el reciclaje textil se enfrenta a una explosión de depósitos.
Este sobrecarga, los recolectores ya no pueden seguir el ritmo.
Alrededor de sesenta cajas
El problema se ha acelerado para la Cruz Roja, porque sus coleccionista se enfrenta a dificultades, uno de sus grupos financieros procedente de declararse en quiebra. “Tuvimos una primera alerta en septiembre, pero luego la empresa prometió continuar con nosotros hasta fin de año”. La situación cambió a raíz de las preocupaciones económicas del recaudador, lo que llevó a la Cruz Roja a revisar toda su organización, pero sobre todo obligándola a quitar las cajas de recolección. “La retirada ya ha comenzado. Se retirarán más de sesenta cajas”, anuncia Daniel Fort.
34 toneladas por semana
Lo que crea una verdadera preocupación dentro de la asociación.
Estas donaciones de ropa representan el 50% de nuestros ingresos, que es lo que nos permite operar y ayudar a los más necesitados.
Y sin estas cajas, hay toneladas de ropa que la Cruz Roja ya no podrá revalorizar y revender a menor coste en sus tiendas. “En volumen, estas cajas representaron el doble de 17 toneladas por semana. El coleccionista recompró el kilo demasiado dañado o no vendido por 0,17 céntimos. ¡Haz los cálculos! Esto resultará en menos recursos para la asociación y Restringir muy drásticamente el número de ayudas.“, teme el presidente.
Esta retirada de cajas también tendrá consecuencias para los donantes, que ya no podrán dejar sus bolsas de ropa.
Aún podrán donar, pero tendrán que ir directamente a las tiendas locales.
Pero sólo podrán regalar ropa en perfecto estado. No se aceptarán piezas manchadas o rotas.
Lo que se prepara Marie-Pierre Poiraud, responsable de la tienda de la Cruz Roja en La Roche-sur-Yon, situada en el bulevar Branly, a pocos metros del Intermarché. “Nuestras cajas fueron retiradas el lunes pasado”, confirma. “Esto nos obliga a revisar nuestra organización, porque los depósitos de ropa tendrán que hacerse directamente en nuestra tienda. También tendremos que explicar a la gente que no nos llevaremos toda su ropa en buen estado. Sólo mantendremos aquellos en buen estado, a los que podamos añadir valor. Por lo tanto, tendrán que quedarse con aquellos que estén demasiado usados o no sean aptos para la venta”, explica Marie-Pierre Poiraud. Los depósitos se pueden realizar los días de apertura de la tienda. En La Roche serán los martes, jueves y sábados por la tarde.
Una crisis que la Cruz Roja espera que sea temporal
Este cambio también perturbará a los voluntarios. “Algunos tenían la misión de vaciar las cajas, devolver las bolsas al galpón de la tienda y clasificar entre las piezas que podremos poner a la venta, y aquellas en mal estado o de fabricantes que nos prohibimos vender como Shein. , que no podemos aceptar. Estos voluntarios se encontrarán en la tienda y no todos se sienten necesariamente cómodos en el contacto con el cliente”.
El último temor de la Cruz Roja es que aumente el número de vertederos ilegales. “Esto ya ocurría con cada vez más bolsas colocadas al pie de las cajas. Llamamos a la gente a ser responsable”, concluye Daniel Fort, que espera tener un panorama más claro, con un posible regreso del coleccionista para la primavera de 2025, pero sin ninguna certeza hasta la fecha.
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