Más que una cifra precisa, “¡acordar el principio de reducir la producción de plástico a nivel mundial ya sería una victoria!”. En el Ministerio francés de Transición Ecológica, mostramos confianza y cautela sobre el resultado de las conversaciones finales sobre el tratado internacional sobre la contaminación por plásticos, mientras que es Olga Givernet, ministra delegada encargada de Energía, y no su ministra supervisora, Agnès. Pannier-Runacher (leer recuadro), que representará a Francia en Corea del Sur.
Las autoridades públicas se declaran “preocupadas por el lentísimo avance de las negociaciones”, explicando que varios países productores de petróleo, Rusia en particular, están jugando a “obstruir” para ralentizar los trabajos mediante “tácticas dilatorias” de procedimiento.
Objetivos de reducción
“Sin embargo, debemos evitar cualquier especulación sobre un fracaso cuando hoy estamos apenas en el comienzo del quinto Comité Intergubernamental de Negociación en torno a este tratado”, advierten en el ministerio.
El principal objetivo de Francia sigue siendo llegar a un acuerdo en torno a un texto vinculante y, por tanto, coherente con el mandato inicial de la Asamblea de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente. Se plantean dos prioridades. En primer lugar, acordar un objetivo de reducción de la producción, con el establecimiento de una herramienta de presentación de informes para que cada Estado pueda rendir cuentas de los medios implementados. Luego, que se decidan “medidas exigentes” sobre todo el ciclo de vida de los plásticos, eliminando los productos más problemáticos en términos de salud pública y medio ambiente y mejorando las tasas de reciclaje. “Un acuerdo únicamente sobre el reciclaje no estaría a la altura del desafío”, consideramos.
Una coalición muy sólida
Y “¡Francia no es la única que mantiene esta posición!”, subrayamos en el ministerio, recordando el acuerdo firmado con China en abril de 2023, el firmado con Italia en el marco del último G7 y, por supuesto, la pertenencia de Francia al la Coalición de Alta Ambición para poner fin a la contaminación plástica que hoy incluye a 63 países.
“Nuestros equipos de negociación están muy movilizados, tenemos muchos aliados, una coalición muy sólida, pero las conversaciones no avanzan lo suficientemente rápido. En este contexto, es muy importante que la ministra Olga Givernet vaya a Busan”, analizamos en la administración central, recordando de paso el importante papel de los diplomáticos a la hora de encontrar “soluciones semánticas y lingüísticas”.
Y recordar que la celebración de un acuerdo correspondería más al “principio que al final de la historia” y, en cuanto al clima o la biodiversidad, la organización de Conferencias de las Partes (COP) pretende aumentar gradualmente las ambiciones.
A Olga Givernet le espera una apretada agenda
No es Agnès Pannier-Runacher, ministra de Transición Ecológica, Energía, Clima y Prevención de Riesgos, quien participará, del 29 de noviembre al 1 de diciembre, en las negociaciones finales en Corea del Sur, sino Olga Givernet, ministra delegada de Energía. “Una cuestión de agenda”, explicamos dentro del Ministerio de Transición Ecológica. El país anfitrión no ha invitado oficialmente a los ministros. Sin embargo, en Busan se anuncian una treintena. La mayoría son ministros delegados. Francia disfruta de un buen nivel de representación”.
Los dos ministros discutieron el tema con anticipación y se reunieron con partes interesadas de la sociedad civil el 26 de noviembre para establecer sus prioridades. “Olga Givernet se esforzará en ponerse en contacto con todos los implicados en la negociación en cuanto llegue y tiene un programa muy intenso in situ. Sólo planea salir de Corea del Sur en la mañana del 2 de diciembre, lo que le permitirá estar todavía en Busan si las negociaciones continúan hasta la noche del 1 de diciembre”, se explica con más detalle.