Señora Presidenta,
Agradezco al Sr. Jenca por su presentación.
Hace unos días, Rusia anunció que había atacado la región ucraniana de Dnipro utilizando, por primera vez, un misil balístico de alcance intermedio llamado “Orechnik”. Acompañó este ataque, que causó daños en zonas civiles, con amenazas contra los Estados que apoyan a Ucrania en su derecho a la autodefensa.
Rusia está optando así por intensificar la guerra ilegal de agresión que ella misma provocó contra Ucrania.
Ninguno de los pretextos alegados para tratar de justificar esto debería oscurecer esta realidad: atacó a Ucrania en violación de la Carta de las Naciones Unidas. Prolonga esta guerra, aunque podría ponerle fin sin perjuicio de su seguridad, cesando sus operaciones militares y retirando sus tropas del territorio ucraniano, como exigió la Corte Internacional de Justicia en marzo de 2022.
Rusia opta por burlar el derecho internacional humanitario para intentar aplastar la resistencia del pueblo ucraniano. Desde hace muchos meses lleva a cabo campañas sistemáticas de huelga contra zonas residenciales e infraestructuras energéticas de Ucrania.
También opta por poner en peligro la arquitectura internacional de no proliferación, cuando obtiene drones, municiones y misiles balísticos de Irán y, siempre en violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad que hasta ahora ha apoyado, de Corea del Norte. Actualmente acoge en su territorio un despliegue de tropas norcoreanas, cuya participación en los combates constituiría una nueva escalada.
En este conflicto hay un agresor, Rusia, que ya no duda en violar secciones enteras del derecho internacional y adoptar una postura de escalada para continuar su guerra de conquista. Hay uno atacado, Ucrania, que tiene el derecho, según la Carta, de defender su independencia e integridad territorial.
Francia sigue apoyando a Ucrania y su pueblo, incluso brindándoles apoyo militar que les permita ejercer efectivamente su derecho a la autodefensa. Este derecho, recordemos, incluye la posibilidad de atacar sitios militares en Rusia, cuando éstos se utilizan para librar la guerra de agresión contra Ucrania. Debe poder defenderse y entablar, cuando lo desee, negociaciones con vistas a una paz justa y duradera.
Rusia no debe contar con nuestra desmovilización. Dejar que esta guerra logre su objetivo sería aceptar el desorden internacional y la ley de la jungla, donde la fuerza tiene prioridad sobre el derecho. Seguiremos comprometidos con una paz justa y duradera, de conformidad con las resoluciones adoptadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Gracias.