El sector automovilístico marroquí sigue creciendo, atrayendo importantes inversiones gracias a sus competitivos costes de producción. Esta evolución genera preocupación en España, en particular por la prevista deslocalización de modelos como el Citroën C4 a Marruecos.
Marruecos se afirma cada vez más como un actor importante en la industria automovilística mundial, hasta el punto de alterar el equilibrio de poder en Europa. Gracias a su infraestructura moderna, energía renovable asequible y una fuerza laboral competitiva, el Reino ha atraído a grandes nombres del sector, como Renault y Stellantis. Esta dinámica está empezando a generar preocupación entre sus vecinos europeos, particularmente en España, donde la industria del automóvil es un pilar económico estratégico.
Una reubicación estratégica en Kenitra
La fábrica de Stellantis ubicada en Villaverde, Madrid, está en el centro de las preocupaciones españolas. Esta unidad, que actualmente produce los Citroën C4 y C4 del Reino. De hecho, Stellantis prevé duplicar la capacidad de producción de su fábrica de Kenitra, de 200.000 a 450.000 vehículos al año, gracias a inversiones recientes estimadas en 300 millones de euros.
Esta transferencia se vio facilitada por la asignación a Marruecos de la plataforma multienergía “Smart”, utilizada para la fabricación de vehículos eléctricos e híbridos. Actualmente, la planta de Kenitra produce modelos como el Citroën Ami, el Opel Rocks y el Peugeot 208, consolidando su papel en la estrategia de Stellantis.
Preocupación española por el ascenso del poder marroquí
En España, este traspaso se percibe como una señal de alarma para el sector. La fábrica de Villaverde, que había recuperado impulso económico gracias al Citroën C4, está viendo descender su producción anual, pasando de 105.000 unidades en 2022 a una previsión de 80.000 a 90.000 este año. Este descenso acentúa los retos a los que se enfrenta la industria automovilística española, que ya se enfrenta a unos elevados costes energéticos y a una transición aún incierta hacia la electrificación.
Según el medio español El Debate, Marruecos se ha consolidado como un competidor formidable combinando costes de producción reducidos y una política gubernamental proactiva. El Reino aspira a superar el millón de vehículos producidos anualmente para 2027, frente a los alrededor de 700.000 actuales. Para lograrlo, se han realizado inversiones masivas, incluida la ampliación del complejo “Automotive City” en el puerto de Tánger Med, que ahora cubre 1.200 hectáreas y puede manejar más de un millón de vehículos para exportación cada año.
Una transformación regional
Este reposicionamiento estratégico de las cadenas productivas hacia Marruecos refleja una transformación de la industria automovilística global, donde los costes y la eficiencia logística juegan un papel determinante. Si bien Marruecos se beneficia de un impulso innegable, los actores europeos, como España, deben redoblar sus esfuerzos para mantener su competitividad en un mercado que cambia rápidamente.
