La nieta de los agricultores Annabelle Gallardo Guibaud cultiva el gusto por las cosas buenas en su microgranja agroforestal La p’tite Cévennes, creada en 5.000 m² de un prado familiar con la idea de transformarla en un jardín forestal.
“ Hoy ocupa una superficie de 8.000 m² donde crecen más de 300 árboles, arbustos, plantas melíferas y aromáticas, rosas de Damasco y olivos con setos que los protegen de los elementos naturales y albergan toda una diversa fauna (pájaros, erizos, insectos). Entre los primeros árboles plantados en 2015, unos cuarenta olivos cuya primera cosecha tuvo lugar este año “, explica la joven, titular del título profesional de gestora de empresas agrícolas, obtenido en el instituto Rodilhan.
La granja también alberga 90 gallinas ponedoras y aves de corral con etiqueta ecológica (capones, pintadas, gallinas).
“Todo se produce en pequeñas cantidades. Es una elección para preservar mi capullo familiar”, explica Annabelle, que también produce jarabes artesanales a partir de plantas aromáticas cultivadas in situ.
Medalla de oro para el sirope de tomillo
Por ello, puede estar orgullosa de haber obtenido dos premios en el concurso goloso del Gard. “El año pasado, en mi primera participación, presenté jarabe de rosa de Damasco. El jurado me otorgó la medalla de plata. Este año, ofreciendo jarabe de tomillo, obtuve la medalla de plata, oro y el premio a la excelencia”.
Una justa recompensa a su constante esfuerzo por ofrecer productos de calidad que valoricen el territorio local y de Cévennes y que los clientes pueden encontrar en las tiendas de la aglomeración de Alès que juegan el juego de la proximidad.
Invitados por Alès Agglo al último Miam, los visitantes descubrieron que la rosa de Damasco que ella cultiva aparece destacada en una gama de productos cosméticos desarrollados por el laboratorio Les Savonniers aux Mages bajo la etiqueta Ciela rosa, un guiño a su origen español y compuesto por 97% ingredientes de origen natural.