El padre Jean-Raphaël Dubrule, Superior de la Sociedad de los Misioneros de la Divina Misericordia, acaba de publicar un comunicado de prensa precisando las dificultades encontradas por la comunidad en relación con las ordenaciones de sus seminaristas.
Siendo la comunidad de derecho diocesano (diócesis de Fréjus-Toulon), el obispo de Fréjus-Toulon, en este caso monseñor François Touvet, ya que tiene poderes para ello de la Santa Sede, llama a las órdenes a sus seminaristas. Si bien se han reanudado las ordenaciones en la diócesis, varios seminaristas de la Sociedad de Misioneros de la Divina Misericordia están esperando su ordenación.
Comunicado de prensa del Padre Jean-Raphaël Dubrule, Superior de los Misioneros de la Divina Misericordia
Desde hace más de dos años para uno de ellos y un año para los otros cuatro, cinco seminaristas de la comunidad de los Misioneros de la Misericordia esperan la ordenación al diaconado y luego al sacerdocio. Esta expectativa ya no está ligada a la situación de la diócesis de Fréjus-Toulon, cuyas ordenaciones se han reanudado, sino a la celebración en el rito antiguo, previsto en los estatutos de la comunidad.
Después de numerosas conversaciones con las autoridades romanas competentes, encabezadas por Mons. Touvet, a quien agradezco calurosamente su gran apoyo a nuestra comunidad, parece que la situación está bloqueada no sólo por el rito de la ordenación, sino también por la posibilidad de futuros sacerdotes. para poder celebrar en el rito antiguo. Las autoridades romanas no dan ninguna certeza sobre esta posibilidad, por lo que podría ser que los candidatos sean ordenados sin tener derecho a celebrar después según el rito antiguo. Entonces ya no podrían ejercer su ministerio en el marco de la comunidad y según los estatutos.
Ante tantas preguntas de los fieles, nos pareció necesario explicar por qué se estaba tardando tanto y las cuestiones en juego. El objetivo es llamar a una oración muy intensa, porque continúa el diálogo con las autoridades romanas. Este calvario que estamos viviendo no nos hace en modo alguno lamentar el trabajo de integración diocesana que la comunidad está haciendo y viviendo. Exige oración y una vigilancia renovada.
Que Jesús misericordioso nos proteja y fortalezca.
Misioneros de la Divina Misericordia
