Obstaculizados al inicio del partido por las velas argentinas, los azules tuvieron el mérito de revertir esta presión con un eficaz juego de pies táctico que empujó a sus oponentes a cometer errores.
Tal como lo habían declarado antes del encuentro, los Pumas “tenía un plan” para derribar a los Blues en el Stade de France. Lo cual, en verdad, no fue muy difícil de avivar, que consistió en bombardear con velas la parte trasera del campo tricolor entre Gabin Villière y Léo Barré, mientras intentaba confinar el ataque tricolor a través de su defensa invertida. Y para ser honesto, dada la falta de habilidad de los Bleus en los duelos aéreos (7 recepciones perdidas durante el primer acto), la estrategia podría haber funcionado… “Queríamos impedir que entraran en nuestros 22 metros, pero no siempre lo conseguimos, lamentó el técnico Felipe Contepomi. Las tarjetas amarillas nos costaron muy caras”. Si los argentinos cometieron errores fue principalmente consecuencia de la inmensa presión impuesta por los Tricolores. Como, por ejemplo, esta doble contra de Charles Ollivon al medio scrum contrario Bazán Vélez, en el origen del try Bielle-Biarrey (58º)…
cacerías efectivas
Sin embargo, más allá de este doble hecho del juego, el aspecto principal de la presión francesa residía en otra parte. Exactamente de la misma forma en que los Bleus sortearon la amenaza de la defensa argentina, centrándose esencialmente en su juego de patadas y en su efectiva “caza”. El try de penalti concedido tras la falta del ala Juan-Martín González frente a Bielle-Biarrey (34º) es la mejor ilustración de ello, ya que más allá de haber planteado el peligro tras un brillante pase a los pies de Ramos, la situación ya había ocurrido anteriormente. se resolvió con una brillante patada de Dupont sobre un ruck, controlada por su abridor y ejecutada a ciegas. Un gesto que puso claramente de relieve las dificultades de los Pumas para cubrir su defensa, acentuadas por el intento del mismo Bielle-Biarrey, más rápido que todos en busca de su propia patada (58º). O por los dos 50:22 encontrados por Fickou (8º) y luego Ramos (28º), sin olvidar esta expulsión de Ramos ganada por Villière que brindó tantas oportunidades a los Bleus para instalar su ahora famoso “juego negro” (leer al lado). “Esta estrategia ya era la que ya habíamos estudiado en julio, dijo Contepomi sobre este despojo nuevamente ganador. La diferencia con este verano son los jugadores: Fickou, Ramos, Dupont y todos los demás que no vinieron en julio. “Premiums” cuyas cualidades encajan perfectamente con el estilo actual de los Blues, a diferencia de algunos famosos “degradados”, por ejemplo…
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