“Ni censura ni derogación, a menos que se quiera hundir a Francia en el caos”

En baloncesto llamamos a esto “money time”, ese momento al final del partido en el que todo está en juego, la derrota o la victoria. La historia no dice si a Michel Barnier le gustan tanto los suelos de parquet como el senderismo en sus Alpes, pero sabe que la próxima semana jugará a lo grande. A partir del lunes recibirá a los líderes de los partidos de la oposición para intentar convencerlos de que no voten a favor de la censura en caso de que el 49,3 apruebe los presupuestos del Estado y de la Seguridad Social.

¿A qué precio? Ésta es toda la cuestión mientras nuestro Primer Ministro multiplica las concesiones. Abandonar unos cuantos miles de millones de ahorros adicionales significa más deuda, un presupuesto para nada. ¿Censura? Ya no se trata de presupuesto, sino del salto a lo desconocido. Luego, como si eso no fuera suficiente, está la amenaza del Jueves Negro sobre las pensiones. Si RN se suma a la izquierda, nuestros diputados habrán dado un primer paso hacia la derogación de la reforma jubilatoria a los 64 años. Ellos…