Los días 30 de junio y 7 de julio, los franceses están llamados a acudir a las urnas para elegir a sus nuevos diputados que formarán parte de la Asamblea Nacional por un período de cinco años, es decir, hasta 2029. Sin embargo, no es imposible que el calendario electoral se revertirá nuevamente.
Tras la disolución de la Asamblea Nacional, el domingo 9 de junio, por decisión de Emmanuel Macron, los franceses deberán acudir a las urnas, el 30 de junio y el 7 de julio, para elegir a sus representantes en el Parlamento.
Estas dos fechas, sin embargo, alteran el calendario electoral ya que, hasta entonces, las elecciones legislativas se celebraban tras las elecciones presidenciales. Esto se debe a la ley orgánica del 15 de mayo de 2001, por iniciativa del socialista Lionel Jospin, primer ministro de Jacques Chirac de 1997 a 2002.
La ley, que entró en vigor en junio de 2002, tuvo un gran impacto en la vida electoral, ya que permitía la secuencia de “cuatro rondas” (dos en las presidenciales y dos en las legislativas), permitiendo que el recién nombrado Jefe de Estado elegido tuviera una mayoría en la Asamblea Nacional para implementar su programa político y evitar el peligro de la convivencia.
Pero con la disolución de la Asamblea Nacional el 9 de junio, Emmanuel Macron alteró el calendario electoral, ya que esto permite posponer las próximas elecciones legislativas mucho después de las presidenciales. Deberían celebrarse en 2029.
Sin embargo, conviene saber que el nuevo presidente, que será elegido en 2027, podrá utilizar el artículo 12 de la Constitución nada más llegar al poder para disolver, una vez más, la Asamblea Nacional y convocar anticipadamente elecciones legislativas. Por tanto, esto permitirá restablecer la configuración establecida por Lionel Jospin.
