Un nuevo museo, el Museo Nacional de Historia de Quebec, ¿para quién y por qué?

Un nuevo museo, el Museo Nacional de Historia de Quebec, ¿para quién y por qué?
Un nuevo museo, el Museo Nacional de Historia de Quebec, ¿para quién y por qué?
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El reciente anuncio de la creación de un Museo Nacional de Historia de Quebec (MNHQ) intenta devolverle la vocación al pabellón Camille-Roy-du-Séminaire-de-Québec, inicialmente destinado a albergar uno de los Espacios Azules. ¿El objetivo de la operación es restaurar una función del edificio abandonado por el proyecto Blue Spaces o crear un verdadero proyecto de museo? Todo hace pensar que la primera opción es la elegida. Veamos por qué este Museo Nacional de Historia de Quebec no se sostiene como se nos presenta.

En primer lugar, podemos cuestionar la idea de un museo sin colecciones, peor aún, la idea de un museo que no es más que una simple vitrina de otro museo, y no menos importante. De hecho, el Museo de la Civilización (MCQ) cumple desde hace varios años de manera ejemplar su mandato de difundir la historia de Quebec. Su exposición La época de los quebequenses es el fiel reflejo de la cultura quebequense tomando como marco narrativo “la sociedad quebequense de hoy [qui] Es el resultado de los sueños y proyectos de todas estas personas que vivieron y construyeron Quebec. Es la historia de comunidades arraigadas en un territorio, cuyo objetivo siempre ha sido preservar su integridad”. ¿Cómo podemos competir con esta noble intención y este gran éxito que representa esta exposición?

¡No hay ningún anuncio en el horizonte sobre la creación de una colección nueva u otra nacional que, por cierto, no se puede realizar chasqueando los dedos! Le recordamos que, según nuestro lema nacional “Yo recuerdo”, que merece ser reactivado más a menudo, las colecciones del MCQ se constituyeron a partir de adquisiciones del Museo de la Provincia, la primera institución museológica creada por el gobierno de Quebec. Esta colección se dividió para crear la colección del Museo Nacional de Bellas Artes de Québec (MNBAQ) y la del MCQ.

¿Por qué el anuncio de la creación del Museo Nacional de Historia de Quebec causa tanto ruido y por qué el proyecto propuesto no es unificador? Responder a esta pregunta que suscita cierto malestar es sencillo. No se organizó ninguna consulta para sondear las opiniones de expertos en museología, historia o de la población y, sobre todo, de la comunidad museística.

Si los Espacios Azules se anunciaron sin mucho fundamento y dejaron en duda a la comunidad museística, lo mismo ocurre con este proyecto de museo nacional. Los expertos en museos quedan marginados cuando una simple consulta podría haber unido a la comunidad y determinar si es realmente relevante llevar a cabo un proyecto de este tipo, en el contexto social y cultural actual.

¿Por qué otro museo sobre la historia de Quebec? Durante años, la comunidad de museos de Quebec ha seguido acercándose a nuestros sucesivos gobiernos para protestar fuerte y claramente contra la flagrante falta de recursos y la recurrente falta de financiación de su red. En 2013, Entre la memoria y el devenirel informe del grupo de trabajo sobre el futuro de la red de museos de Quebec, recomendaba en términos de financiación de los museos una mejora de los programas existentes, una revisión del programa de asistencia operativa y responsabilidades financieras compartidas.

En todas las regiones, decenas de museos ponen de relieve la historia de Quebec mediante una programación de ámbito local o regional. Portan la diversidad de recuerdos, contribuyen de manera esencial a la vitalidad cultural de las regiones y llegan a un público considerable, tanto local como turístico.

Al mismo tiempo, los museos se enfrentan a grandes desafíos: salarios poco atractivos, equipos pequeños, apoyo insuficiente a los proyectos para la programación, la educación y la mediación, las exposiciones y, en particular, la gestión de las colecciones. Este último aspecto es, sin embargo, fundamental para la constitución de la propia historia: gracias a la conservación de documentos y objetos es posible comprender cómo vivían nuestros antepasados. ¿Cómo se aplicaron las recomendaciones de 2013 para ayudar a los museos de Quebec? Creando ex nihilo ¿Otro museo? Todo esto nos deja maravillados y perplejos.

En lugar de crear un nuevo museo en una capital que ya está bien dotada, parecería apropiado considerar ampliar la red existente, capaz de llegar a un público mucho mayor a costos considerablemente menores. Entonces, ¿por qué no reinvertir los recursos financieros que se asignarán al “nuevo” Museo Nacional de Historia de Quebec en los museos actuales, ocupándose de los museos que configuran el paisaje cultural de Quebec y apoyando así su desarrollo?

¿Para quién estará creado este museo? ¿De quién será la historia? ¿Quiénes serán las audiencias? ¿Quebequenses que no se reconocen allí? ¿Turistas que desembarcarán de cruceros en la ciudad de Quebec? ¡El proyecto actual nos parece muy pobre en fundamentos científicos y relevancia social!

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